I. Verdad

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—Hola— saludo Hashirama

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—Hola— saludo Hashirama.

—Hola—contesto Madara.

—¿Cómo estás?

—Bien, supongo...—esto último lo dijo a manera de susurro.

—¿Por qué? — alcanzo a escucharlo.

—¿Eh? Por nada—se sorprendió pensó que no lo iba a escuchar.

—Madara puedes decirme lo que quieras, después de todo somos novios— el castaño rodeo con su brazo los hombros del menor.

—Tal vez podríamos...

—Dar el primer paso— interrumpió.

—¿A qué te refieres? — miro dudoso.

—A esto— antes de poder reaccionar Hashirama logro darle un beso en la boca al Uchiha, a lo que Madara abrió sus ojos como platos, se separó del mayor con un sonrojo que llegaba hasta las orejas.

—Pero ¡¿qué haces?!— lo empujo levemente— no quería decir eso.

—Perdón— se disculpó, se sentía mal por haberlo hecho sin el consentimiento de su pareja— discúlpame, no sabía a qué te referías, ¿Qué es lo me querías decir?

—Nada, olvídalo— el azabache acelero su paso con la intención de irse.

—¡Madara espera!

—¡No me sigas!

Hashirama lo perdió de vista cuando dio vuelta en la esquina de la calle, se sentía patético, creía que probablemente el Uchiha no lo quería. Con un nudo en la garganta se encamino a su hogar.

No supo la razón, pero levanto su mirada al cielo y en el observo a una manada de aves volar hacia el norte. Se les veía muy unidas, el desearía que su familia fuera igual, pero solo parecen perros y gatos. Coloco nuevamente su vista al frente, sus manos se helaron y las metió a los bolsillos de su sudadera; después tendría que pensar en cómo solucionar el problema con el azabache.

Madara llego a su casa y se percató que nadie se encontraba en ella, pensó que sería mejor, camino a la sala de estar y se sentó en uno de los sofás; saco de su mochila su teléfono y mando un mensaje de texto al castaño.

—Hashirama, perdona, no era mi intención, no sabía cómo reaccionar.

El mensaje le había llegado, pero aún no lo leía, ahora solo le tocaba esperar. Se acostó en el sofá miro el techo y su mente se ponía en blanco, paso un rato y decidió revisar; todavía no lo leía y ya había pasado 20 minutos. Cerro lo ojos y quedó dormido.

______

El cielo estaba más oscuro de lo normal, lo que provoca que las estrellas resalten, haciéndolo un paisaje muy bonito. El Senju entro a la casa, estaba triste, su celular timbro y se dio cuenta que era un mensaje de Madara e hizo que sus ánimos volvieran. Sin dudarlo leyó lo escrito y después le respondió.

¿Cuándo volveré a verte? (TobiIzu)(HashiMada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora