"Che il gioco abbia inizio"
Tara.
Las gotas de lluvia golpean mi ventana ese sonido es mágico puede traer mucha tranquilidad, ver como las gotas impactan con el vidrio.
El celular de Dana vibra en la mesa de noche, camino hasta este y veo la notificación es una notificación de Instagram a causa de que la pantalla se haya encendido, dejo el celular en el mismo lugar donde estaba.
Camino por la aburrida habitación, son las 9 am y Dana aún continúa durmiendo, estoy segura de que seguirá durmiendo hasta la tarde.
Me desperté hace alrededor de una hora, me di un baño y me puse un vestido rojo, amo el rojo es un color tan apasionado, tan vivo, mi vestido es suelto y me llega hasta la mitad del muslo. Este vestido me lo regaló mi ex para verme con el puesto, amaría que me viera como lo saco a pasear por Italia sin él, como tantos hombres pueden verme con el puesto mientras él está en su casita trabajando yo estoy en Italia viviendo y disfrutando.
—Gracias querido —agradecí mientras me miraba en el espejo me siento una perra empoderada.
Luego cuando se despierte Dana le pediré que me tome una foto para publicarlas en todas mis redes sociales para que vean lo mal que estoy, comienzo a reír ante ese pensamiento muchas personas estarán esperando que yo esté abatida llorando en los rincones si supieran que estoy intentando conquistar el mundo dirían que me volví loca.
Salí de la habitación para ir a comprarme algo para desayunar.
Iba viendo los alrededores y pensando en el precioso café que me tomaré, tengo un leve dolor de cabeza, pero nada que no pueda soportar.
—Buongiorno, potresti portarmi un caffè? (Buenos días, ¿Me podría traer un café?) —le pedí a la mesera que llegó a mi mesa
Esta tomó nota, asintió y se retiró
Si tuviera mi celular me hubiera entretenido mirando publicaciones, pero sin más remedio comencé a mirar con más detalle mi alrededor, paredes beige, yo me encuentro sentada en una de las mesas del fondo a mí izquierda se encuentra unas cuántas mesas y luego la barra, a mi espalda se encuentra la pared y a mi derecha muchas ventanas, las ventanas no tienen una gran vista, puedes observar a las personas caminando y al edificio que se encuentra enfrente el cual es un poco antiguo, su color es amarillo pálido pero al estilo antiguo.
Mi café llegó su aroma me trajo de nuevo a la realidad
—Grazie (Gracias)
—nulla mi avverte (Cualquier cosa me avisa) —me dijo respondió para luego irse
Comencé a tomar mi café y a pensar que podría hacer hoy, lo primero es recuperar mi celular ya me siento lo suficientemente feliz y alegre como para ignorar todo lo que me tengan para decir, hay que dejarlo en claro soy una privilegiada porque me dejaron plantada y de igual forma no estoy llorando en casita, estoy de viaje en Italia no deberían de tenerme lástima ni nada parecido.
Estuve unos minutos tomando mi café y mirando el movimiento de la calle, cuando escuché cómo movían la silla que estaba junto a mí en mi mesa
—Buongiorno principessa (Buenos días princesa)—susurro en mi oído
Escuchar que me digan buenos días en italiano me ha hecho poner los pelos de punta, nunca me arrepentiré de haber aprendido ese idioma tan romántico y sexi a la vez.
—Buongiorno (Buenos días) —no lo mire
—No creo que ver hacia afuera sea más entretenido que mírame a mí —giró mi silla para quedar cara a cara, está muy cerca de mí demasiado a tal punto que mis piernas quedaron entre medio de sus piernas las cuales se encuentran una a cada lado de mi silla, su rostro a un par de centímetros de mi —No sé si te lo han dicho antes pero el rojo te hace ver ardiente —me miró de arriba a abajo
—Si lo sé gracias —dije dejando la tasa en la mesa, verificando no estar llamando la atención de nadie —¿Puedes alejarte un poco? Necesito mi espacio personal
—¿Es que acaso te pongo nerviosa? —preguntó bajando su mano derecha llegando hasta mi muslo izquierdo.
Puse mi mano sobre la suya
—Estamos en un lugar con público —presioné mi mano sobre la suya
—¿Entonces si fuera otro lugar sí? —susurro en mi oído
Yo no le di respuesta a lo que él sonrió
—Ven —tomó mi mano y poniéndose de pie junto a mí
Dejé un par de billetes en la mesa y lo seguí
Caminamos por un par de pasillos hasta llegar a una puerta de madera la cual abrió y pude ver su oficina
«Otra oficina más ¡iupi!»
Esta oficina era un poco pequeña compara a la del casino, pero tiene más ventanas y el color de las paredes es blanco
Marco se encontraba apoyado al escritorio observando con una sonrisa
—Te regalaré millones de vestidos rojos con tal de tener siempre esta imagen en mi mente —se mordió el labio inferior
Me acerqué a él y lo besé.
Nuestro beso fue en aumento, él enredó su mano en mi cabello y su otra mano se ubicó en mi espalda baja.
Camino por alrededor del escritorio y yo caminaba junto a él aún sin separarnos, se sentó en su silla color negra y yo me senté junto a él porque él tomó mis muslos y se sentó conmigo encima de él quedando mis piernas una a cada lado de su cadera.
Comenzó a bajar los tirantes del vestido, besó mi cuello dejando besos mojados en esa zona.
Una de sus manos comenzó a subir por mi pierna y comenzó a tocar mi ropa interior, la corrió y comenzó a masajear mi clítoris en ese momento yo perdí mis sentidos, comencé a gemir y cerré mis ojos, él comenzó a meter dos de sus dedos dentro de mí, apoyé mis manos en sus hombros y me aferré a ellos, él comenzó a acelerar el movimiento de sus dedos hasta que obtuve mi orgasmo.
—questo è solo l'inizio della principessa (Esto recién empieza princesa).
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Sabor Italiano ✓ (Juegos y Mafias)
Teen FictionPrimer Libro "Sensaciones Italianas". Tara Jones y Dana Martínez son dos amigas ambas latinas, llegan a Italia para disfrutar aprovechando la "desgracia" de una de ellas, en este país tan peculiar y único allí vivirán muchas aventuras y jugarán co...