Primer Libro "Sensaciones Italianas".
Tara Jones y Dana Martínez son dos amigas ambas latinas, llegan a Italia para disfrutar aprovechando la "desgracia" de una de ellas, en este país tan peculiar y único allí vivirán muchas aventuras y jugarán co...
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Tara.
Mis noches nunca son una igual a la otra
—Creo que he perdido —le dije a Marco
—Si Principessa hoy no es tu noche de suerte —dijo el italiano.
—¿Quién ha dicho eso? —dije acercándome para luego besarlo
—Principessa no me tientes que debo permanecer en este lugar atento a mis negocios —dijo el italiano
Me levanté de la silla donde me encontraba sentada y me senté en su regazo, pasando uno de mis brazos por detrás de su cuello
—Tienes que admitir que provocar a las personas es un arte, uno muy difícil de controlar así que merezco un premio por hacerlo tan bien.
—Tengo un juego —dijo el italiano
Mi sonrisa fue toda la respuesta que necesito para comenzar con el juego
Acercó más la silla a la mesa de juego de tal forma que las piernas de ambos estaban cubiertas por la mesa, comenzó a rozar su mano con mi muslo
—No hagas ningún sonido —me susurró al oído
Corrió mi ropa interior para introducir un dedo dentro de mí, empuñé una de mis manos que se encontraba sobre la mesa y mordí mi labio, el señor que se encontraba frente a nosotros con un par de cartas levantó la vista por un segundo y luego volvió la vista a sus cartas.
Los demás jugadores continuaban en lo suyo, mientras yo sentía como italiano insistía con la intromisión de sus dedos dentro de mí.
Siento que si sigo mordiendo mi labio este sangrara
—Deja de hacerlo, me estás limitando y lo odio —le susurré al italiano
—A ti te gusta jugar, te gusta sentirte poderosa espero que tomes conciencia de lo que provocas —dijo sacando sus dedos de mi interior
—¿Qué te hace pensar que eso hará que no lo vuelva a intentar? —dije para regular mi respiración y sonreírle —Solo espero que la próxima vez no sea delante de personas mayores que podrían llegar a recordarme a mí padre
—Detalles —dijo el italiano
Limpio sus dedos los cuales tenían mis fluidos con un pequeño Pañuelo blanco que tenía en su saco
—Qué más quisiera que hacer otras cosas con estos dedos, pero creo que quedamos al descubierto Principessa
