Capítulo 26.

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"Impara da te"


Tara

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Tara.

Terminé de ponerme ropa cómoda, un mono color azul marino y unas sandalias sin tacón y tomé mi pequeña cartera la cual se cruza, me sujeté el pelo en una cola alta y tomé mis lentes de sol.

Salí a la sala a esperar a Marco, el cual se encontraba en la otra habitación.

—¡Ya estoy! —le grité.

Él no respondió nada, así que me senté en un sillón de una pieza a esperarlo mientras veía mis uñas pintadas de color rojo intenso.

Escuché como cerraba la puerta así que levanté la vista, definitivamente no se veía igual al Marco que había pasado anteriormente por esa puerta, tenía puerto unos shorts color negro, junto a una camisa blanca, pero está estaba arremangada a la altura de sus codos, y luego unos zapatos blancos.

—¿Algo para criticar de mi atuendo? —se dio la vuelta para luego reír.

—Impresionante, definitivamente eres de las pocas personas que me pueden sorprender —dije riendo.

—Lo tomaré como un halago Principessa, yo de ti puedo decir que lo que me sorprende es tu capacidad para jamás decepcionarme.

—Qué bello. —dije sonriéndole —¿Nos vamos? Tenemos que ir a comprar cosas para que yo cocine.

—Sigo sin creer que de verdad vayas a cocinar tú —Marco caminó hacia la mesa para tomar las llaves del auto.

—Pues no deberías dudar de nada de lo que yo diga. —llegue hasta la puerta. —deberías confiar, así como yo confío en ti cuando me vendas.

Salimos y mi celular vibra en mi mano, lo miró por encima

—senza cellulari principessa non barare (Sin celulares princesa no hagas trampa) —Subió al auto.

Esta vez es él quién manejara.

—Il mio non è un lavoro, è solo un messaggio (Lo mío no es trabajo, es solo un mensaje).

—Sin excepciones. —dijo arrancando.

—Está bien. —dije apagando mi celular.

Lo pensé por unos segundos.

—Detén el auto mejor, lo dejaremos aquí y caminaremos así recorremos mejor.

Marco detuvo el auto.

—El sol ya está cayendo, no creo que debamos seguir a pie.

Abrí la puerta y me bajé.

Sabor Italiano ✓ (Juegos y Mafias)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora