"Gusto, tatto e aromi"
Tara.
Me miro al espejo una vez más un vestido blanco cubre mi cuerpo, me llega hasta los tobillos y tiene una abertura que llega hasta mi muslo, unas sandalias doradas que me llegaba hasta las rodillas, las tiras se cruzan formando trenzas.
Tomé mi celular y le escribí a Dana porque aún no ha llegado y ya es hora de irnos, en eso ella entra a la habitación sintiéndome.
—Lo siento se me hizo tarde. — dijo dejando su cartera en la cama. —Me baño rápido y nos vamos ¿Sí?
Fue hasta el armario y tomo un mono negro largo, con un gran escote y su ropa interior.
Yo mientras tanto me senté en mi cama a mirar mi celular, una sonrisa de formó en mis labios al ver un correo que había recibido, era de Marco es bastante obvio que dio con mi correo por la reserva del hotel menos mal y la reserva la hice yo, aunque hubiera estado muy gracioso que el correo tan peculiar lo recibiera el idiota.
Tuve una idea pasajera de enviarle el correo para mostrarle lo bien que lo estoy pasando, pero de seguro quedaría como una despechada.
"Esta noche es noche de juegos rojos" eso era lo que decía el correo, le respondí con un diablito y una carita de risa.
Dana salió del baño ya lista
—Oye sabes mañana me voy a mudar a otra habitación, creo que así estaremos más cómodas ¿No crees? —dijo mientras se miraba en el espejo
—Claro como quieras a mí no me hace diferencia, pero es verdad estaremos más cómoda —tomé mi cartera
—Claro ahora si
Una vez que llegamos al casino Dana se fue por una copa y luego iría a bailar mientras que yo busqué alguna mesa de juego.
Una mesa llamó mi atención, la de Póker, no es un juego que sepa jugar, pero si es el que más me llama la atención, tomé una silla y me senté a observar el juego intentando entenderlo.
La silla junto a mí fue movida y alguien se sentó
—Buenas Noches Principessa —aunque no me hubiera hablado sabía que era él, su perfume es inconfundible.
—Buenas noches, Marco —dije sonriéndole coquetamente, para continuar observando el juego
—¿Sabes jugar? —me pregunto
—No —respondí sin perder de vista el juego
—Hagamos una apuesta para ver quién gana entonces—me sugirió
—Claro —dije para observar —pero no hagas trampa porque creo que tú sabes el truco de estos juegos, nadie tiene un casino para no saber jugar.
Su respuesta fue una sonrisa
—Tu elige tu jugador ganador primero así puedes elegir entre todos
Lo pensé unos segundos, y fui por un señor de alrededor de los 60 años se ve que tiene experiencia en este tipo de juegos no se inmuta de nada más que no sea el juego, lo sé señale y Marco asintió
—Yo le voy al de este lado— dijo señalando al que se encontraba junto a mi —Hagamos esto más entretenido, quien gana le pone un reto al otro
—¿Un reto? Mejor que sea un reto rojo Principessa
—¿Rojo?
—Rojo intenso como la seducción
Que empiece el juego
El juego continuaba mientras que Marco miraba complacido el juego yo miraba como iba perdiendo el juego, el señor de pronto había perdido su buena racha
Al terminar el juego obviamente perdí, definitivamente jamás seré buena en un juego así solo perdería mi dinero por pensar que soy la que voy ganando mientras que el otro me da cinco vueltas completas
—Gane —susurro en mi oído poniéndome los pelos de punta
En eso siento una presión o algo que incomoda mi brazo izquierdo lo miro y no podía creer lo que estaba viendo un par de esposas, una ya se encontraba perfectamente cerrada en mi brazo mientras que Marco cerró la otra en su muñeca izquierda
—Esto sí que será divertido —dijo para comenzar a caminar conmigo detrás de él porque ni modo que me saque el brazo.
Llegamos al área de bar y caminamos hasta las escaleras inmediatamente reconocí el recorrido, vamos a su oficina.
Dana.
La música inunda mis oídos llevándome a otra realidad, estoy bailando con un chico el cual desconozco totalmente simplemente se me acercó mientras bailaba y como es lindo lo deje, mientras no me hable esta todo bien ya luego no me quedara de otra que tomar mi celular para entender qué es lo que dicen, mi celular vibro en mi mano y últimamente cada vez que esté vibra solo me trae problemas.
Mire de que se trataba era Andrew a lo que bloqueo el celular y sigo en lo mío, ya tuve suficiente Andrew por hoy, mi celular volvió a vibrar a lo que lo ignore porque sabía perfectamente de qué se trataba, de pronto el chico con el que bailaba se fue con sus amigos y volví a bailar sola al compás de la música subí los brazos sobre mi cabeza y comenzaba a bajarlos por mi cuerpo mientras movía mi cadera de un lado al otro cerré mis ojos para disfrutar más el momento, para olvidar que estaba rodeada de extraños aunque de cierta manera eso me tranquilizaba nadie me conoce, nadie me juzga.
De pronto alguien presionó mis brazos sobre mi cabeza y me hizo retroceder un par de pasos quedando apoyada sobre la pared.
—Sabes es de mala educación no responder las llamadas y más cuando ni siquiera atienden para saber de qué se trata.
Tiré de mis manos hacia abajo para soltarme, pero no lo logré hasta que él accedió a soltarme.
—También es de mala educación cortarme en medio del baile.
—No tengo dudas de que te va a ir muy bien en tu papel más en la parte de bailar sensual. —dijo muy cerca de mí. —Provocas mucho con un simple baile. —agregó.
—Baila conmigo y veremos qué tanto provocó. —apoyé uno de mis brazos sobre su hombro para mantenerlo cerca, comencé a bajar, a agacharme sin perder el contacto con su cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Sabor Italiano ✓ (Juegos y Mafias)
Ficção AdolescentePrimer Libro "Sensaciones Italianas". Tara Jones y Dana Martínez son dos amigas ambas latinas, llegan a Italia para disfrutar aprovechando la "desgracia" de una de ellas, en este país tan peculiar y único allí vivirán muchas aventuras y jugarán co...