🌙Capítulo 1| Erin.

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Escuchar: Down By the River, Milky Chance.


Las personas son tormentas

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Las personas son tormentas.

No tengo dudas sobre ello.

La mayoría, normalmente, solo llueve. El resto, al cual debemos tenerle respeto, no solo llueven, sino que también truenan, ventiscan y se llevan todo a su alrededor. Yo no sabía muy bien a qué tipo de tormenta pertenecía, solo sabía que, tarde o temprano, para mi bien o para mi mal, terminaría dándome cuenta. Y quizá, solo quizá, era eso lo que me tenía aquí. En una fiesta de desconocidos donde lo únicos dos rostros que identifica eran de Alba y Darrell.

Mis amigos.

O al menos eso creía.

El ambiente es asfixiante, parecido a colocarse una mascarilla sobre el rostro e intentar inhalar para satisfacer tus pulmones, pero, como era de esperar, ni tú ni los pulmones lograban encontrar ese punto máximo. No solo se trataba del gentío bailando y la música a todo volumen, sino también, del olor alcohol, de la variedad de perfumes esparcidos, del sudor, de las voces entre cortadas y del simple hecho que, entre tantas personas, yo no conocía a ninguna.

A excepción de un rostro rojo que se acercaba con diversión hasta mí.

— ¿Quieres un trago?

—Aun no tengo la edad para tomar, Alba.

—Ni yo la tengo, y mírame —levanta el vaso desechable y con orgullo lo lleva hasta su boca— ¡Lo estoy haciendo!

—Cuando no deberías —acuso.

Frunce su ceño, me mira fingiendo molestia, luego, por si fuera poco, termina riendo. Su cuerpo pequeño, casi de niña, se sacude en espasmos de diversión. Debo alejarme, por lo que camino de espaldas, dejándole sola.

— ¡Deja de ser aburrida, Erin!

Doy media vuelta, y de entre tantas personas choco con un conocido. ¿Es acaso suerte u otro mal presagio? Darrell sonríe, y al igual que Alba, levanta su vaso desechable lleno de alcohol.

— ¿Bailamos?

—Debo irme a casa, voy tarde —contesto.

Agacha su cabeza, besa mi mejilla.

—Te llevo, regreso pronto, quédate aquí.

La chaqueta del equipo siempre le ha quedado bien, aun así, no lo espero. Salgo de la casa, choco con tantas personas en la fiesta que, cuando llego afuera y siento el aire fresco golpeándome el rostro; doy un suspiro tan largo que me llena de satisfacción.

Las personas son tormentas.

Yo soy una de ellas. ¿Pero qué tipo?

¿A caso lluevo todo el tiempo? ¿Trueno de vez en cuando? O tan solo soy una llovizna de paso en cualquier lugar. Cuando Becca se fue de casa, supe al instante que ella era un trueno por completo, su valentía en todo me lo dejaba en claro; en casa, tanto mamá como papá lo sabían: su hija mayor era valiente, nunca daría un brazo a torcer.

¿Quiénes somos de noche? ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora