🌙Capítulo 21| Erin

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Escuchar: Keeping Score, Dan + Shay.

A veces la valentía llega de la nada

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A veces la valentía llega de la nada. Y no se disipa. Se queda ahí, probando el cómo tu cuerpo reacciona a tanta adrenalina, al latido rápido del corazón, nublar los sentidos, dejar de escuchar por un instante y sentir todo a flor de piel. Un momento único, imposible de repetir por más que la valentía venga y va. Pienso todo esto mientras la brisa me congela la nariz, al igual que el cuello y las manos. Lo dejo pasar.

Tan solo me dedico a mirar desde el puente como Jasper se tumba en la arena, tomando puños de esta y echándoselos encima. Temo que se sienta de la manera en la que lo hace ver: como si la arena que se echa encima lo aterrara hasta hacerlo desaparecer.

—¿Siempre viene aquí?

Evette se apoya sobre la baranda, mira hacia abajo y retrocede cuando sus manos se encuentran muy frías como para mantenerlas fuera de su abrigo. Su rostro debe estar rojo, de labios resecos y con el vaho saliendo a cada palabra que dice.

—Lo conocí aquí —contesto.

—Es interesante, ustedes dos, digo, es interesante la manera en la que se conectan.

Agacho la mirada, aun me duele el costado, me arde el pecho y un palpitar insistente en mi cabeza me pasa factura de tanto llorar. Siento como si algo bajo mis pies me absorbiera. Entiendo que es un momento triste, que hay cosas de este día que no voy a olvidar, las cuales me van a ser difíciles de hablar y otras de las que me arrepentiré toda la vida.

Como haber pedido al director que llamase a psicóloga para ayudar a Jasper. Como haber tomado la decisión de decir todo lo que sabía de él para tan solo me creyeran que su actitud ante la pelea con Darrell no era normal, y el que pidiera ser golpeado no era algo sano.

Sé que me arrepentiré de ello en el momento justo en que Jasper pregunte un por qué y la única respuesta que le sea dada tenga que ver conmigo.

—Deberías acompañarlo.

Me aferro a las ligas de mi bolso. Niego.

—No puedo.

—Él lo necesita —Evette toma mi bolso, me lo quita de encima y lo coloca sobre sus zapatos— ¿crees que quiera verme a mí? Para nada. Ve y háblale, cree que es su culpa.

Aliso la falda de mi uniforme. Hemos venido directo al puente tras salir. Jasper no ha dicho nada, tan solo ha caminado a una distancia prudente de nosotras, sin tan siquiera mirar atrás. Aun así, no sé si deba irrumpir su silencio, me siento como una intrusa. Porque él, tumbado en la arena, se ve tranquilo. O quizá tan solo se trata de que el peso de esconderle lo que he hecho es por lo que me siento así.

—Ve, Erin. Ha sido un día cansado, tú también mereces ensuciar el uniforme con arena.

—¿Por qué haces todo esto, Evette? —ladeo mi rostro, mirándola.

¿Quiénes somos de noche? ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora