Christopher se encontraba en su cuarto, sentado sobre su cama. Dio un largo bostezo y miró a su alrededor con sus ojos cansados, toda su habitación estaba hecha un desastre, muy desordenada.
Y es que, Christopher no tenía ganas de nada, no tenía fuerza.
Desde hacía 2 años estaba esperando una buena noticia y con cada segundo esa buena se acercaba más a ser una mala, una que terminaría de matarlo ya que para él, estaba muriendo por dentro. Era un alma en pena viviente, de carne y hueso.
Dos golpes en su puerta lo hicieron despavilarse y dejar de pensar.
—Hijo, ¿Puedo pasar? —oyó a su madre desde el otro lado.
—Adelante —se limitó a decir y tan pronto como acabó de hablar su progenitora ingresó a su espacio. Traía una canasta.
—¿Tienes ropa sucia? —Chris miró al suelo, indicándole que esa ropa era la que debía lavarse—. Hijo, debes cambiarte. ¿Por qué no intentas darte un baño? Toma una ducha larga y caliente, tómate tu tiempo. Vístete con otra ropa y ve a ver a Erick.
Christopher la miró fijo al terminar de hablar. Ella recogía la ropa en el suelo sin voltear a verlo.
Y es que, Erick.
Erick era su porqué de estar así, el golpe bajo que, tan fuerte fue, lo hizo sumirse en una enorme tristeza, cayendo en depresión.
Erick, el amor de su vida, quien hacía 2 años estaba postrado en una incómoda cama de hospital, casi muerto, lucía como un muerto, a diferencia de que él se mantenía en vida gracias a una máquina.
Estaba dormido, en un coma que a cada minuto parecía ser infinito. Erick era sólo un muerto vivo, no lucía como un humano.Estaba pálido, su cabello largo y desordenado, su cuerpo estaba más delgado que antes, sus labios estaban secos y casi blancos, para Christopher, le costaba pensar que ese muerto vivo era su Erick, ya que Chris se enamoró del otro Erick, ese Erick que solía brillar y transmitir vibras buenas y colores intensos con su sola presencia y ahora, el sólo asomarse a ese cuarto era una tortura para él. Con tan sólo asomarse a la entrada se sentía frío, solo, una enorme tristeza lo invadía.
Y entrar, era su dolor más grande, ver a su novio postrado allí, sin su color, sin... todo. Erick perdió toda su esencia desde que lo pusieron allí.
De sólo pensar en su novio Chris sentía una fuerte punzada en su pecho, como si desde hacía 2 años alguien lo hubiera apuñalado en su pecho con un gran y filoso cuchillo, una apuñalada eterna que sólo permanecía allí, casi formando parte de su cuerpo, pero esta con cada minuto era presionada por ese alguien para hacer la herida más y más profunda, sangraba por dentro, se quemaba por dentro, moría por dentro. Y algún día, ese dolor terminaría por matarlo definitivamente.
—Tu psicóloga me llamó —habló su madre después de recoger la ropa y se volteó a verlo—. Dijo que no tuvieron sesion hoy, que no le atendiste —miró a Christopher, él corrió la mirada.
—No quiero hablar —Yenny, la única persona en ese cuarto además de Chris, lo observó con tristeza.
Yenny lloraba diariamente desde que diagnosticaron a su hijo con depresión, desde que comenzó a estar en su cama todo el día, sin hacer ni decir nada, simplemente, a existir vacío.
Anhelaba que su hijo volviera a ser ese chico alegre y divertido que pasaba tiempo en familia, que se iba de fiesta con amigos, que se preocupaba por lucir bien, por su higiene ya que le agradaba ese hábito, pero ahora, pasaba semanas sin darse una ducha, perdió comunicación con sus amigos y, dejó de ser ese Chris. Temía que algún día ese dolor tan profundo que llevaba sobre sus hombros fuera a acabarlo.
Sin decir nada más, la mayor se marchó de la habitación.
Fue ahí cuando Chris suspiró y miró hacia delante, con su mente en blanco. Se sentía tan vacío, solo, perdido, no sentía emoción alguna, a excepción de una enorme tristeza.
Por su mente se cruzó el recuerdo de su novio sonriéndole y automáticamente tomó su cabello tirando de este, frunció su rostro y se encogió en sí mismo. En cuestión de un segundo comenzó a llorar fuertemente, temblando.
De la impotencia y sin darse cuenta comenzó a rasguñar sus brazos, mientras que por su cabeza sólo se cruzaba una sola pregunta:
¿Por qué a Erick?
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Muerto || Chriserick
Teen Fiction-Te amo, te amo como jamás he amado a nadie. Eres el amor de mi vida, nunca lo olvides, por favor. TW: depresión, ansiedad, autolesión, violencia.