XVI

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—Bueno, te dejo y en tres horas vuelvo. ¿Está bien? —le hablaba Yenny en entrada al cuarto de Erick.

—Sí. Gracias.

—De nada, hijo —lo ayudó a abrir la puerta y se marchó sin mirar dentro.

El tiempo con Erick fluía normalmente. Sentado a su lado mientras charlaba animadamente de manera fingida.

De pronto la puerta del cuarto fue abierta y Chris miró hacia esta alarmado.

Al reconocer la persona que ingresó a ese espacio se puso a la defensiva y tomó la mano de Erick.

—¿Qué haces aquí?

—Hola, Christopher. Perdón, sólo quiero ver a Erick.

—No. Vete.

—Christopher entiendo que estés molesto pero-

—¡Que te vayas dije!

—Yo-

—Maldita sea Richard no puedes aparecer de la nada y esperar que te resiva con los brazos abiertos cuando tú mismo sabes lo que le hiciste a Erick. No mereces verlo.

—¡Ya lo sé! —dijo sintiéndose pequeño y sumamente intimidado. Hace mucho quería ver a Erick pero el dolor por haberlo abandonado lo hacía retroceder. Se sentía una mierda por haber dejado a su mejor amigo.

—¿¡Y entonces qué haces aquí!?

—Sólo quiero verlo. Quiero saber cómo está, por favor —dijo con sus ojos cristalizados y Christopher notó en su casi rota voz y en su expresión que no estaba fingiendo. Estaba mal y lo que necesitaba era ver a quien alguna vez fue su mejor amigo.

—Pasa —dijo inseguro.

Richard asintió y se adentró al cuarto.

Se quedó parado sin decir nada, solamente mirando a Erick y sintiendo cómo se formaba un nudo en su garganta y las lágrimas se aproximaban.

—¿Q-Qué pasó?

—Lo golpearon hasta casi morir.

—¿Quién? —miró a Christopher. Este lo miraba fijamente, cuidando que no haga ningún movimiento extraño.

—No puedo decirte.

—¿Por qué?

—Ni si quiera él me lo dijo a mí —comentó Chris con dolor. Richard lo miró confundido y asustado.

—... ¿Qué?

—Supuestamente lo asaltaron pero, yo no creo eso.

—¿Por qué?

—Entiendo tu preocupación pero no creas que voy a confiar en ti después de lo que hiciste. Te hubieras enterado de no ser porque decidiste seguirle el juego a un idiota que recién conocías en lugar de estar para tu mejor amigo.

—Lo sé. Pero yo conocí a Erick mucho antes que tú, merezco-

—No. No te atrevas. Lo conociste antes, sí. Pero yo fui la única persona que estuvo con él durante todo su sufrimiento. Para mí no fue bonito saber que era la única persona con la que contaba. No me encantaba la idea de que toda la gente en la que confiaba le haya dado la espalda e incluso cuando cayó en coma nadie vino a verlo. Ninguno de esos "amigos" quizo venir a saber de él, ni siquiera su propia familia.

—Estoy aquí ahora.

—Eso no me importa. Lo que le hiciste no tiene precio.

Richard hizo silencio y se sentó en el suelo.

Christopher no iba a destruír su actual postura. No bajaría la guardia.

—Cuando ustedes se conocieron no creí que fueran a ser tan unidos —comentó Richard de pronto luego de un largo silencio, captando la atención de Chris—. Recuerdo aquel día, san valentín del 2016. Erick me dijo que iría al escritorio ya que no entendía de lo que estábamos hablando en ese pequeño circulo. Minutos después entraste con tu mochila en los hombros, te saludé sin interés. No recuerdo en qué momento te sentaste junto a él pero, cuando lo busqué en la habitación y lo vi junto a ti, me sentí bien. Me sentí bien porque Erick no era de muchos amigos, ni siquiera quería ir a esa reunión por inseguridad y yo le insistí. Estaba feliz porque él te sonreía como no lo hacía en mucho tiempo. Notaba que desde hacía meses antes de ese día él estaba diferente, se notaba más apagado y cuando habló contigo su rostro se iluminó completamente. Se quedaron el resto del día juntos, pegados como chicles. Incluso cuando fue al baño te pidió que lo acompañaras —rompió en llanto—. Yo lo cuidaba como un hermanito y encontró en ti su lugar seguro. Ni a mí me pedía que lo acompañe al baño y contigo hasta tuvo el amage de querer tomar tu mano ese mismo día pero no lo notaste, estabas distraído hablando con Zabdiel. No pude llevarlo a casa y me fui preocupado, pero cuando Zab me contó que lo acompañaste me calmé. No sabes el alivio que fue para mí oír de su parte que Erick caminaba tranquilo a tu lado. Yo le había comentado a él acerca de que Erick no venía estando bien y que me lo ocultaba. Cuando me dijo que te ofreciste a acompañarlo y que él aceptó feliz, le creí sin dudar. Erick te amó desde que te vio y lo noté.

Christopher comenzó a llorar silenciosamente mientras veía el suelo. No quería levantar la mirada.

—Yo también lo amé desde que lo vi.

—Lo sé.

Richard limpió sus lágrimas y continuó.

—Cuando estuve en mi casa le mandé un mensaje a Erick preguntándole si llegó bien. ¿Sabes qué me dijo? Me confesó que no estaba bien y que sus días no venían siendo los mejores, pero que ese día fue diferente. Me contó que conocerte lo hizo feliz, realmente estaba feliz de haberte conocido.

Richard hizo silencio un momento recordando con cariño los ratos junto a su mejor amigo.

—En las siguientes reuniones, Erick no se despegaba de ti ni tu de él. Con Zabdiel hablábamos de ustedes, a él también le sorprendía el hecho de que sean tan unidos en tan poco tiempo. Era como si se conocieran de toda la vida. Me atrevo a decir que fueron hechos el uno para el otro. Incluso tú mismo confiesas que no fue fácil para ti estar con él pero aún así permaneciste aquí. Aunque yo lo abandoné, sí debo hacer esto —respiró profundo.

El contrario lo miró confundido.

—Christopher, en verdad te agradezco todo lo que hiciste y haces por él. Te lo agradezco enormemente. Tú eres justo lo que a Erick le hacía falta, una persona que lo ame de la manera más pura y fiel y que jamás se aparte de su lado pase lo que pase. Gracias por entrar en su vida y elegír quedarte en esta. Nadie ama a Erick más que tú y él lo sabe. Quédate tranquilo porque si mañana Erick no está, se irá sabiendo que tuvo a alguien que lo amó como casi nadie es capaz de amar.

Muerto || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora