IX

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Christopher no quería volver a casa. Después de lo que pasó allí, no tenía ganas de regresar a enfrentarse con lo que pasaría.

Se quedó dormido en la silla al lado de Erick, pero a decir verdad, durmió muy poco.

Despertaba angustiado y transpirando, siempre se despertaba a media noche por tener la misma pesadilla: Erick jamás despertaría.

En lugar de encontrarse en su habitación a oscuras, abrió los ojos y se halló en una habitación a luz blanca, con claridad, ocasionándole incomodidad a la vista. Arrugó su rostro y llevó sus manos a su cara para cubrirse, y al ver al suelo reconoció la camilla.

Levantó la vista y ahí estaba Erick, durmiendo tranquilamente como si en unas horas cuando el sol se haga ver, despertaría para vivir un nuevo día.

Pero no era así.

Christopher sintió las gotas de sudor caer de su frente y recordó en dónde estaba, por qué y la pesadilla que lo llevó a despertarse tan abrumado.

Se puso de pie y caminó al baño de la habitación.

Mojó su rostro, salió y se apoyó en el margen de la puerta.

Miró a Erick desde allí.

Amaba despertar y que lo primero que encuentre sea a Erick a su lado.

Recordaba aquellos días en que despertaban juntos y...

Quería morir.

11 de mayo, 2016.

—Hijo, despertaste temprano. ¿Qué sucede?

—Iré a recojer a Erick más temprano. Lo llevaré a comprar un libro y volveremos en la tarde.

—Oh, bien. Que se diviertan.

—Gracias, mamá. Oye, ¿Erick podría quedarse a dormír?

—Sí, claro.

—Bien. Nos vemos después —salió rumbo a casa de Erick en su bicicleta.

—Hola, Chris —lo saludó Erick emocionado. Christopher comenzaba a amar ese saludo lleno de entusiasmo que le daba cada vez que lo veía.

—Hola, Erick. ¿Estás listo para ir a comprar ese libro del que no dejas de hablar? —le preguntó con una sonrisa. Erick se acercó directo a abrazarlo.

—Voy a pagarlo yo.

—Sueñalo —rodeó su cintura rodeándolo con cariño.

—Idiota —rompió el abrazo y antes de separarse al completó besó la mejilla de Chris—. Bien, vamos —tomó la almohada de la canasta y la colocó en el cañito para luego sentarse.

Chris aún seguía perdido por el besito. No entendía el por qué de este mas cuando recordó que al verse solamente se abrazaron y no le dio el típico besito, pensó que era solo por eso y entonces, sus latidos se calmaron un poco.

—Hey, Chris —lo llamó y el nombrado abandonó la nube en la que estaba para prestar atención a la realidad y al encontrarse con la mirada de Erick y sus rostros con una notable cercanía por la poca distancia entre sus cuerpos se sonrojó.

Erick notó cómo miró hacia otro lado y al darse cuenta que fue por el sonrojo que se formó en sus mejillas sonrió ampliamente.

Erick estaba enamorado de Chris.

Sabía que Chris era hetero, o al menos eso pensaba ya que nunca habían tenido una charla de ese estilo.

Pero desde que vio a Christopher ese día en la reunión por San Valentín, le llamó la atención de una manera indescriptible.

Muerto || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora