XXVIII

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—Vamos, Christopher. Ya es muy tarde —dijo Richard posando su mano sobre el hombro del contrario—. Te acompaño a tu hogar.

—No quiero ir a mi casa, sinceramente. Pasan muchas cosas y no quiero presenciarlas.

El chico se quedó pensativo, buscando una solución rápida.

—Christopher, ¿Tú bebes?

—Nunca fui de beber, mucho menos cuando Erick... bueno, ya sabes —se encogió de hombros.

—Te invito a ir a tomar una cerveza. Conozco un bar cerca donde venden alcohol y comida, ¿Te gustan las papas?

—Richard, no es necesario, de verdad. Lo agradezco pero-

—Sh, sh. Quiero que tengamos una mejor relación, ya hace un mes comencé a venir a ver a Erick y en todo este tiempo no hemos hecho más que estar con él. Ya lo cuidamos hasta más de las doce, tienes el derecho de beber una fría cerveza con espuma acompañada de unas deliciosas papas con cheddar. ¿Qué dices?

Christopher alzó la mirada del suelo y la dirigió a su acompañante, quien sostenía una pequeña sonrisa.

Sonrió debilmente y se echó para atrás en su silla.

—Está bien.

—Así se habla. Toma tu mochila y vámonos. La recepcionista comienza a vernos raro por estar aquí hace una hora.

—No quería molestar a Erick después de las doce y tampoco irme a casa —comentó saliendo del hospital y, por primera vez en mucho tiempo, no se iría a casa y tampoco iría a otro destino solo.

—Entiendo —caminaron unas cuadras en silencio, Richard pensaba en cómo iniciar una conversación y su acompañante en Erick.

—El doctor dijo que me da un mes más para ver si Erick despierta.

—Eso es bueno. Tranquilo, Chris, Erick no sería capaz de abandonarte.

—Eso quiero creer —suspiró. Richard lo miró con tristeza, quería ayudarlo pero sólo Erick podía hacerlo.

—¿Qué tal tu hermana? Recuerdo que tu madre estaba embarazada.

—Sí. Se llama Gogo, va a cumplír tres años en tres meses.

—Qué bien. ¿Cómo es ella?

—Muy buenita. Y... ¿Puedes creer que aún sin conocer a Erick lo ama?

—¿Cómo sería eso?

—El otro día le charlé sobre él y mi madre también. Le regalé una fotografía que Erick se sacó con ella cuando nació y le preparó un regalo especial. Me hizo traerselo.

—Qué tierna. ¿Ella sabe que él está en coma?

—No. Piensa que vive muy lejos y por eso no viene a vernos. Pero me parece muy raro que no me alla cuestionado sobre el hecho de que si está tan lejos cómo es que yo voy a verlo todos los días. Seguro dentro de poco me rogará llevarla conmigo —Richard rió ligero.

—Aún es pequeña como para analizar tus fallos argumentales —Chris sonrió.

—Sí... me da pena. Para ella todes estamos bien, ni siquiera sabe la realidad de mi familia.

—Es cruel, pero aún así, es un lindo gesto querer alejarla de todo aquello, no arrebatarle su ilusión y felicidad.

—Es verdad.

—Y... ¿Tu madre?¿Cómo está?

—Media media. Ella también está muy mal con todo esto, le entriztece el hecho de que no pueda tener una vida "normal", y los problemas en casa también la agobian. Yo... no te conté sobre los problemas en mi casa y te charlo de ellos como si supieras —comentó riendo un poco por su torpeza.

—No tienes que hacerlo si no quieres.

—Lo sé... sólo que... me gustaría hablarlo con alguien. He estado muy solo todo este tiempo, al menos lo siento así —se abrió un poco captando la atención de su contrario.

—Hazlo entonces. Aquí estoy —Chris le dio una pequeña sonrisa.

—Mi padre tiene una amante y aún así vive en mi casa, maltrata a mi madre y a mí. Ha llegado a ponerse violento pocas veces, en una de ellas me golpeó a tal punto de que mi mamá me trajo al hospital, estuve en sila de ruedas un tiempito. ¿Lo recuerdas?

—Sí.

—Bueno... él luego de eso se fue unos días pero ahora volvió y no quiero verlo aunque también me da miedo dejarlo a solas con mi madre y Gogo.

—Claro, lo entiendo completamente.

—Sí, y bueno, con todo esto de Erick no estoy para nada bien. Lo extraño mucho —sintiendo un nudo formarce en su garganta.

—Lo sé, Chris —susurró parando su paso al ver cómo el nombrado frenó para llevar sus manos a su rostro y trarar de parar sus lágrimas—. Está bien llorar, no te retengas. ¿Quiéres un abrazo?

—La verdad... sí.

Sin más, Richard se acercó a rodearlo en un abrazo consolador.

—Lamento mucho todo lo que estás pasando, nada de eso es fácil y es seguro que no estás bien. Pero... ahora ya no estás solo, Christopher. Puedes llamarme, enviarme algún mensaje e incluso, desahógate conmigo, seré tu amigo y Erick seguirá estando para ti en la forma que pueda, sabes que te ama y que no te dejaría. Así él mañana ya no esté, siempre estará contigo, la única cosa que lo hacía feliz y le daba ánimos para seguir eras tú, tienes la felicidad de Erick contigo, lo tienes a él.

Se quedaron en silencio unos segundos hasta que Chris se alejó.

—Es bueno saber que tengo un amigo... gracias.

—Es lo que hacen los amigos, ¿No?

—... Sí —sonrió y retomaron el camino—. Y cuéntame sobre ti y tu familia. ¿Qué has hecho este tiempo?

—Bueno, comencé a estudiar medicina. Siempre he soñado con eso. Luego de criarme viendo películas, series y documentales de casos y así, ansié con ser doctor.

—Vas a lograrlo.

—Gracias. Y nada, durante estos años estuve estudiando, buscando universidades, y he extrañado mucho a Erick, m arrepiento mucho de haberlo dejado.

—Lo importante es que ahora estás aquí, él lo apreciaría mucho.

—Me gustaría oírlo de sus labios, me tranquilizaría... en gran parte, sinceramente.

—Te entiendo, y díme. ¿Qué clase de música escuchas?

—De todo tipo. Cuando lleguemos te muestro.

—Genial.

Pasaron el resto del rato juntos, charlando sobre otros temas que no estuvieran ligados a Erick.

A las cuatro de la madrugada llegaron a la casa de Richard, lo había invitado a pasar la noche allí y Chris no se negó.

En la mañana lo presentó a su familia como un viejo amigo, ellos lo resivieron felices y prepararon una comida especial para él.

Chris estaba feliz por el trato que le daban y por su nuevo amigo, aunque no podía evitar sentirse mal por estar feliz sin Erick a su lado. Trataba de no pensar en eso y disfrutar libremente con el pensamiento de que luego iría a verlo y pasaría el resto del día con él.

Por lo menos tendría algo más divertido que contarle esta vez.

Muerto || ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora