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Ink observó incansablemente a Qin Luo con sus brillantes ojos. Primeramente, no le molestó tanto; pensó que Ink tenía curiosidad y esta solo duraría un corto tiempo antes de aburrirse. Después de todo, una persona normal no podría continuar mirando fijamente sin parpadear pero se dio cuenta de su error, una persona normal no llamaría la atención del Z.O. y él lo estaba mirando fijamente por más de 10 minutos seguidos. Incluso con los ojos cerrados podía sentir su mirada fija, abrió los ojos y le dirigió una mirada impotente. 

-¿Por qué me miras fijamente y no descansas?

Ink mordió su labio y dudo un momento antes de decir:

- Eres- Eres una buena persona, muy buena persona...- Parecía que no podía pensar en otro adjetivo que describiera mejor a Qin Luo.

La molestia que sintió debido a lo anterior desapareció completamente después de escuchar lo que dijo Ink. Recuerda cuando su sobrino se encontraba encerrado en una habitación de aislamiento, torturado hasta el punto en el que perdió su humanidad; viendo detenidamente a Ink, su cuerpo malnutrido y su mirada pura que podría corromperse en cualquier momento. Su duro corazón se ablandó e incluso su voz se volvió gentil.

- ¿Por qué crees que soy tan bueno?- Incluso el sintió que su voz se escuchaba suave y dulce, como hablando cariñosamente con un bebé.

- No me pegaste o echaste de la casa, me diste un cambio de ropa e incluso me dejaste dormir en esta suave cama. E- Eres increíble, me ayudaste a remover el collar... no importaba que intentara, no podía quitármelo.- Ink lo miró fijamente.

Qin Luo alborotó su cabello, los estándares de esta persona eran bastante bajos. Ink respondió a sus acciones como un cachorrito, frotando su cabeza contra la palma de su mano, Qin Luo acarició su cabeza. 

- Se bueno, cierra tus ojos y duérmete.

Cerró los ojos obedientemente pero refutó:

-Aunque cierre mis ojos, no puedo dormir.

Qin Luo puso los ojos en blanco pero preguntó con una voz gentil.

-¿Porque?

- Me- Me siento... contento, feliz... ¿Debería decirlo de esa manera?- No sabía si eran las palabras correctas, no había hablado con muchas personas y menos aún por tanto tiempo. Desde ese incidente, pasó un tiempo desde que le dieron algo o hablaron con él.

-¿Es porque pudiste escapar?- Qin Luo arqueó las cejas.

- Si... no sufriré los dolorosos experimentos ni me darán choques eléctricos si no soy obediente... no me inyectaran nada en los huesos de mis piernas. Esa inyección es la que más dolía y me la administraban todos los días... estaba asustado.- Por la tensa postura de Ink podía saberse que esa inyección es lo que más temía.

Qin Luo frunció el ceño, había conocido a Ink cuatro años después del brote del virus y se enteró que Qin Ke fue vendido al Z.O. Reunió gente confiable planeando rescatar a su sobrino, lo que no se esperaba era el tamaño de la Institución. Solo se infiltraron a un centro de investigación secundario de la organización y fueron casi totalmente eliminados.

Afortunadamente, Ink infiltró a su gente en la misma base y lograron escapar a tiempo; se unieron al equipo de Ink y destruyeron todas las bases que encontraban, rescatando experimentos y trabajando duro en encontrar a su sobrino.

En sus ojos, Ink era una persona fría y seria. Raramente lideró al equipo personalmente pero cuando lo hacía era extremadamente talentoso.

No escuchó rumores de que tenga algún daño colateral en las piernas, aunque una vez, lo ayudó a caminar de la cocina al baño y lo observó caminar con cierta dificultad en las piernas; especialmente su pierna izquierda, la arrastraba detrás de él. Debería ser causado por las inyecciones en sus huesos.

Reencarnación apocalíptica: Grandes cambios en la tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora