Disaster - Louis T.

Capítulo 15.

-¡Buenos dias, cariño! -fue lo primero que escuché al abrir los ojos. Cuando recuperé la vista por completo me encontré con un Liam sin camisa trayendo una bandeja con un, a simple vista, delicioso desayuno.

Sonreí adormilada cuando Liam me beso la frente, bosteze un momento y me sente en la cama sintiendo algo de dolor en mi parte trasera, me reí al acordarme de lo que había pasado horas antes.

Liam jaló una silla y la colocó junto a la cama, posando la bandeja sobre sus piernas, dispuesto a darme de comer.

-¿Cómo amaneciste amor? -me preguntó divertido mientras le ponía un sorbete a el jugo de naranja. Jugué un rato con mi cabello mientras pensaba en una respuesta.

-Adolorida y...desnuda -dije y Liam me miró coqueto, yo sabía lo que pensaba esa mente sucia, también sabía las intenciones que alertaba y que mi cuerpo no iba a poder soportarlas -...no Liam, estoy lo suficientemente adolorida como para hacer una segunda ronda.

Liam se rió al ver que había descifrado sus pensamientos, me pasó el vaso con jugo de naranja y me lo acabé segundos después, le entregué el envase y seguido me entrego un panqueque en un plato de los seis que había preparado al parecer.

-Pensaba que nunca ibas a despertar por lo de ayer, yo también me he despertado muy tarde de lo normal, me has dejado muerto cariño.

Partí un panqueque con un tenedor y se lo invite a Liam poniéndoselo en la lengua para que se lo comiera.

-¿Hace cuánto que no desayunaba de esta forma? -le pregunté a Liam cambiándole de tema, él empezó a hacer memoria-...haber echo el amor con mi novio, despertar, tenerlo semi-desnudo con una bandeja de un rico desayuno entre sus manos y con un gran dolor en el trasero...

-Creó que desde no hace mucho cariño, siempre ha sido así, lo único que ha cambiado es la hora en la que te has despertado.

-¿Qué dices? Aún falta para ir temprano a la un- me callé al ver a Liam negar, abrí los ojos como platos buscando en toda la habitación un reloj que me de la hora - ¿Qué hora es?

Liam me miró algo nervioso, y en silencio leyó su reloj de mano

-Precisamente las doce de la tarde.

Dejé el panqueque a un lado y me apresuré a taparme el cuerpo del frío con algunas sábanas, me baje por el otro lado de la cama obligando a Liam a dejar la bandeja en su sitio.

-¿A dónde vas?- me preguntó divertido al ver mi desesperación por encontrar mis cosas.

-¿A la universidad a dónde más?

Quise seguir con mi búsqueda pero las manos de Liam en mi cintura me lo impidieron, sus dedos calientes estaban tocando mi piel desnuda así que mi espalda por instinto se contorsiono.

-Cariño, hoy tú no vas a ningún lado, vas a pasar el día conmigo.

-P-pero-

-Pero nada Jane -me interrumpió- te vas a tomar unas vacaciones de menos de 12 horas, desde mañana podrás ir con tranquilidad a la universidad, pero ahora yo te quiero conmigo -prosiguió- ya hablé con Zayn así que normal va a dejar que te quedes hasta más tarde, de todas formas así él se va a ganar tiempo con Niall.

Quise rechistar, pero al ver la cara de súplica de Liam accedí, de todas formas ya teníamos un gran tiempo desde que no pasábamos el día completo juntos.

-Primero, quiero que te termines ese desayuno que me he demorado en preparar y segundo, quiero que te pongas las ropa que te tengo preparada en la habitación de al lado, ¿Entendido?.

Asentí.
Liam me beso los labios y después de eso salió de la habitación dejándome sola para terminar de desayunar, luego de que terminara fui a la habitación de al lado y me encontré con una caja grande de regalo sobre la cama, me senté en ella y puse la caja sobre mis manos, desate el moño de cinta que tenía y abrí la tapa superior revelando con ella un hermoso vestido de brillos plateados acompañados de unos tacos del mismo color.

Abrí la boca sorprendida, ¿Por qué Liam quería que me ponga todo eso?

Me giré al escuchar un carraspeo desde la puerta; era Liam así que no quité mi gesto de impresión y a la vez curiosidad.

-¿Te gusta? -dijo acercándose a mi, se sentó a mi costado a ver conmigo la caja mientras acariciaba mi pierna descubierta.

-Son hermosos Liam pero...¿Por qué tengo que vestirme tan elegante?

-Mm...porqué vamos a ir a visitar a mis padres, cariño -me acarició la mejilla pero yo me devolví, abrí los ojos como platos mientras que Liam se reía de mi reacción.

-¿Qué?

-Lo que escuchaste amor.

-P-pero yo, yo ¡Liam! -le pegué un manotazo en el hombro, Liam se frotó el brazo adolorido.

-¿Qué pasa?

-¡Me hubieses avisado antes, no estoy arreglada, no se que decirles, no me he preparado! ¡Liam!

-¡Eeeeeh!, ¡tranquila! -trató de calmarme agarrandome de los dos brazos para que le dejara de pegar- no te avise antes por que no sabía como decírtelo sin que te pusieras ¡Cómo ahora!, no necesitas arreglarte ¡eres perfecta de cualquier forma Jane! no necesitas preparación, ellos son muy amables cariño, si te equivocas en algo ellos no van a juzgarte y lo sabes, mi madre esta muy emocionada de volverte a ver, hasta ha mandado organizar una cena sólo por ti amor.

-Te voy a matar Liam cuando volvamos serás hombre muerto.

Le decía mientras me ponía el vestido en frente de él, quien me miraba sin verguenza alguna. Antes ya me habia cambiado frente a él.

- ¿Qué me vas a hacer?- susurró con una pizca de miedo, lo sabía porque lo conocía perfectamente.
- Te voy a azotar -solté divertida mientras me agachaba a acomodarme los zapatos.

- ¿Tipo Cincuenta sombras de Grey?

Solté una carcajada que inundó la habitación varios segundos, me acerqué a Liam y me senté en sus piernas, él me recibió sonriente cogiendome de la cintura. Acaricié la piel desnuda de su abdomen con mis dedos hasta llegar a uno de sus pezones al cual le di un leve apretón-.

- ¿Acaso esa es la única novela donde azotan gente?-le susurre mientras que inclinaba mi cabeza hacia un lado.

- No..., pero es la única que conozco.

Negué divertida mientras me levantaba de su falda en rumbo hacía el tocador a hacerme una cola de caballo, retocarme el maquillaje y ponerme los aretes. Liam rodeó los ojos al ver que enumere cada una de las acciones que iba a realizar en voz alta así que se levantó y salió de la habitación indicándome que él también iría a arreglarse.
Suspire más tranquila cuando me encontré sola en la habitación, tomé impulso y me tiré encima de la cama suspirando por fin.
Me estaba volviendo literalmente loca.
Él no me estaba volviendo loca, yo era la que se estaba volviendo loca a si misma.