Capítulo 8: Actos de amor.

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🌾 Shikamaru 🌾

Los días pasaron y con ellos las semanas. Ya hacía casi un mes que Naruto había estado enfermo, por suerte ya se encontraba tan activo como siempre.

Observé con cierto nerviosismo el pequeño librito de color naranja que sostenía entre mis manos. "Lenguaje de señas para principiantes" recitaba el título.
Lo escondí en mi mochila cuando ví entrar al aniñado rubio por las puertas del aula, manteniendo en su rostro su cordial sonrisa.

"Buenos días, Shika ¿Cómo te encuentras hoy?"

La pequeña notita se encontraba escrita de manera desprolija, la había hecho mientras caminaba por los pasillos.

Sonreí con ternura, observando aún la hoja de un color levemente rosa con decoración de fresas en una de sus esquinas.
Suspiré levemente y froté las manos con nerviosismo en mi pantalón para secar el sudor.

- Hola, Naruto.- moví mis manos con cuidado y concentración, intentando no fallar en ninguna de mis señas. Repasé en mi mente mil veces que cada una de las sílabas de su nombre estuviese bien representada.

Al finalizar, sus ojitos azules me miraban sorprendidos y observé como poco a poco se ponían brillosos, dejando escapar una lagrimita de felicidad que bajó por su mejilla, rápidamente la sequé.- ¿Estás bien?- pregunté, dejando que él lea mis labios.

Asintió repetidas veces antes de saltar a mis brazos, fundiéndonos en un apretado abrazo. Podía sentir su pequeño cuerpo temblar contra mí, en un silencioso llanto.

Había comenzado a practicar el lenguaje de señas hace una semana, con ayuda de mi madre, cuando esta podía. Solo sabía algunos pequeños saludos y muy pocos verbos, palabras sueltas.

Todo comenzó durante una de nuestras pláticas en las horas de clases, dónde Naruto me expresó que a veces se sentía muy excluido en los grupos sociales porque no conocía a casi nadie que supiese el lenguaje de señas. Expresó con cierta decepción que, más allá de que las enfermedades auditivas se hayan vuelto bastante comunes entre jóvenes, pocas escuelas enseñaban a comunicarse de esa manera.

Había sido difícil, era realmente complicado y desconocido, saberlo solo hizo que lo admirara más. Sin embargo, no importaba si debía estudiar toda mi vida para poder comunicarme con Naruto como a él le gustaba, lo haría con gusto. Me gustaba aprender cosas de él, era todo un mundo por descubrir.

                            [...]

Miré embelesado como Naruto admiraba los puestos de artesanías de la feria. Recorriendo con su mirada algunas pulseras hechas con hilos encerados y que en medio tenían algunas piedras de poco valor monetario pero de inmensa belleza.

Una sonrisita emocionada decoraba sus rosados labios mientras recorría cada uno de los puestos y admiraba detalladamente su contenido.

De pronto se frenó con cierta curiosidad y emoción frente a un letrero hecho con tiza.

"Tú nombre en un nombre de arroz."

Recitaba el cartel y el rubio no tardó en jalar mi mano en la dirección que la pequeña flechita marcaba, eran unos pocos metros. Un pequeño puesto se alzó ante nosotros, decorado con varias luces de colores vivos y adornos japoneses tradicionales, realmente hogareño.

El hombre que atendía debía tener unos cincuenta años y sus brazos estaban decorados con varios tatuajes de diferentes diseños. Nos sonrió de manera amistosa cuando nos acercamos a ver la pequeña canasta que decoraba el tablón que funcionaba como mesa.

- Bienvenidos, chicos ¿Cómo están?- preguntó mientras seguía toqueteando una máquina parecida a la de los tatuajes. Un sombrero de color negro grisadeo decoraba sus cabellos canosos.- Pueden mirar y levantar sin compromiso.- siguió.

- Arigato gozaimasu.- agradecí mientras seguía admirando la canasta.

Dentro estaba lleno de arena y allí descansaban varias cadenas. Cómo dijes tenían pequeñas cápsulas transparentes que dentro exhibían los dichosos arroces. Tal como el cartel prometía, cada uno de ellos tenía un nombre tallado de manera prolija con tinta negra.

Los ojitos azules de Naruto recorrían cada una de las cápsulas con suma emoción y solo pude sonreír cuando volteó su cabeza levemente para ver mejor el tallado de una de las semillas. Tan tierno.

- Nee, Naruto.- llamé mientras tomaba su mano con cuidado de no asustarlo, él me miró prestándome toda su atención.- ¿Quieres uno?- pregunté y sonreí cuando el rubio asintió con entusiasmo, sosteniendo mi mano con más fuerza y sonriendo como un niño pequeño, aunque lo seguía siendo.- Bien...

Después de unos minutos, ambos teníamos dos pequeñas cajitas de color marrón, allí descansaban nuestros collares. Miré levemente sorprendido como las manos de Naruto me entregaban la pequeña cajita con un temblor leve. Sus ojos azules se desviaron al suelo, huyendo de mi mirada.

Abrí mi propia cajita, dónde se guardaba mi collar de arroz tallado, y sostuve la cadena entre mis dedos para después colocarla sobre el cielo del cabizbajo rubio. Él rápidamente subió la mirada y luego la volvió a su pecho, examinando la pequeña cápsula que allí descansaba y que mostraba mi nombre de manera orgullosa.

- Quiero que tú la lleves, así siempre tendrás un pedacito de mi, aunque me tengas lejos. Será como un amuleto de la suerte.- le sonreí con cariño antes de darme la vuelta para dejar que él también me pusiera su propio collar, que poco despúes decoró mi cuello.

Esperé pacientemente a que terminara de escribir la pequeña nota que estaba haciendo y sostuve la hoja entre mis dedos para poder leerla.

"Siempre estaré a tu lado. Te quiero."

Sonreí con verdadera felicidad y sin importarme el lugar o toda la gente que nos rodeaba, tomé su mentón y besé suavemente sus labios, con un toque nervioso y aniñado.

- También te quiero, Naruto.

𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕤𝕚𝕝𝕖𝕟𝕔𝕚𝕠𝕤𝕠•ShikaNaru•🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora