🌾 Shikamaru 🌾
Los días habían pasado más rápido de lo común y pasar el tiempo al lado de Naruto hacia la vida más linda. Quizás haya sido culpa de su bonita presencia que los colores ahora me parecían más brillantes y que el olor a las flores, que antes me causaba cierto disgusto, ahora no me hacía más que sonreír.
A Naruto le gustaban las flores...
Aún después de varios días, la vergüenza y los nervios seguían firmes. Aún así, la confianza ciega que teníamos en el otro nos daba la seguridad suficiente para actuar sin pensar, sin miedo al rechazo, con el corazón abierto.
Entregados.
Pero había ciertas cosas que ahora adornaban nuestros días con toques de amor. Cosas que, sin darnos cuenta, comenzaron a formar nuestra rutina. Eran detalles que, para los demás, podrían ser insignificantes, pero que hacían que nuestros corazoncitos saltaran de felicidad en nuestros pechos.
Los pequelos roces de manos en los pasillos, cuando caminábamos hombro con hombro. Las miradas repletas de cariño durante las clases, mientras ignorabamos la aburrida explicación del profesor para perdernos en el otro. El jugueteó de nuestros pies por debajo de la mesa, siempre estando en contacto.
El camino a casa después de la escuela ahora parecía realmente corto. Quizás sea porque las caricias en mi mano me havian distraerme y solo lograba volver al mundo real cuando la pintoresca casita de Naruto ya estaba a la vista o quizás, solo quizás, era porque lo que enrealidad quería era no llegar nunca a aquella linda casita y estar todo el día junto al hermoso niño que era dueño de mis latidos.
Quizás, y solo quizás, lo que verdaderamente quería era quedarme con Naruto hasta terminar de contar cada estrella del cielo nocturno, mientras dejo un beso en sus lindas mejillas al contar cada una de ellas.
Tal vez lo deje ir, después de haber contado cada cabello rubio y sedoso que decoraba su bella cabecita.
A veces, cuando ambos nos necesitábamos durante un minuto más, dábamos la vuelta a la manzana con tal de poder sentir el calorcito que embriagaba nuestro pecho cuando estábamos juntos.
Y todo eso, cada pequeño detalle, se había convertido en lo más hermoso de mis días.
[...]
- ¿Crees que haya algún pajarito que le tenga miedo a las alturas?- sonreí divertido por la aniñada pregunta y me concentré en seguir acariciando gentilmente los cabellos amarillos.
- Supongo que todos le temen al principio, pero son tan valientes que superan su miedo para poder vivir.- desvíe mi vista al cielo, imitando a Naruto. Ambos observabamos el grupo de pequeños gorriones que volaban por el área. Algunos se veían demasiado pequeños e inestables, como recién abrieran sus alitas para alzar vuelo en este bello mundo.
- Cuando era pequeño tenía una lorita. Se llamaba Saku y la quería mucho. Murió de viejita, pero me aseguré de no dejarla sola jamás. Ella nunca pudo volar, pero aún así fué muy feliz...- tomé la manito de Naruto, que ya había dejado de moverse, y la entrelacé con la mía, brindando suaves mimitos en uno de sus lados.
- Supongo que Saku se parece mucho a tí ¿No es así? Naru.- con el pequeño asentimiento la conversación finalizó. En cambio, el resto de la tarde pasó entre caricias y señas cortas.
- Te quiero.
[...]
La primavera era mi estación más odiada. El polen de las flores me hacía estornudar y los tumultos de personas desesperadas por arreglar sus jardines para dar buena impresión me enojaban.
Pero a Naruto le gustaba.
Así que allí estaba, parado en medio de un enorme prado de flores horribles y olorosas, aguantando con todas mis fuerzas mis estornudos y queriendo morir por la fuerte alergia que esto me ocasionaría.
En cambio, Naruto corría entre los pequeños tulipanes con emoción, aspirando el fresco aroma que los pimpollos dejaban en el ambiente cuando se sacudían a su paso. Disfrutando de los suaves rayos de sol que esa tarde se pegaban gentilmente a su piel. Corriendo con los ojos cerrados por la pradera, sintiendo la suave brisa con aroma a naturaleza despeinar sus cabellos.
Admirando eso, me di cuenta que quizás el aroma de las flores no era tan malo. Era bastante dulzón y empalagoso, pero, al fin y al cabo, delicioso. Y, tal vez, el calor no era tan insoportable, si no más bien reconfortante.
Porque estar con Naruto me permitía observar todo desde un ángulo diferente. Un lado menos pesimista, más colorido.
Más lindo.
Y, si aquella tarde no hubiese estado tan ocupado observando la manera tan hermosa en que la piel de Naruto brillaba a la luz del suave sol de primavera, quizás hubiese visto la cabellera plateada que nos espiaba en medio de los árboles del fondo.
[...]
Observé nervioso a mi profesor, mis ojos viajan de su mirada al piso casi de manera inmediata, era muy intimidante cuando quería.
- ¿Y bien? ¿Ya vas a decirme que ocurre?- me sobresalté suavemente por esas preguntas ¿A caso ocurría algo de lo que debía informarle?
Y cuando esa pregunta se formuló en mi mente, me di cuenta de algo en lo que antes no me había percatado.
La relación entre Kakashi-sensei y Naruto cuando el pequeño recién ingresaba se veía muy estrecha, casi familiar.
Abrí mis ojos sorprendido y asustado ¿Acaso él podría haberse... Enterado?
- Yo... No sé de qué habla, Kakashi-sensei.- mi voz salió más nerviosa de lo que esperé y me maldije mentalmente por eso. El ojo negro me miró con aburrimiento, pero en el fondo pude sentir que enrealidad aquello no era más que odio puro.
- ¡Tú no vas a corromper a Naru-chan!- su grito me hizo dar un brinco del susto, pero, cuando caí en lo que esas palabras significaban, solo pude sonrojarme de pies a cabeza.
- ¡¿EEHHH?!
ESTÁS LEYENDO
𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕤𝕚𝕝𝕖𝕟𝕔𝕚𝕠𝕤𝕠•ShikaNaru•🍂
FanfictionShikamaru estudia en una prestigiosa preparatoria de Konoha. Un día, un nuevo niño ingresa a la escuela; Uzumaki Naruto, un hermoso rubio que tiene problemas de audición y se comunica con extrañas señas.