Capítulo 16: Y cuando el corazón te duela, ven a mí.

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🌾 Shikamaru 🌾

Los meses habían pasado y el frío ya no existía. Ahora, en su lugar, el color verde cubría cada parte del mundo y las altas temperaturas eran casi insoportables.

Tomé entre mis manos las de Naruto, que no dejaba de removerse nervioso.

- ¿Qué te ocurre? Te veo intranquilo.- le sonreí levemente, intentando calmarlo. Una mueca torcida se pintó en su hermosa carita.

- Tengo un mal presentimiento.- explicó y su ceño se frunció suavemente, con preocupación.

- Si es sobre la prueba, no debes preocuparte. Eres el mejor en matemáticas.- intenté calmarlo, pero parecía que nada funcionaba.

Las horas de clases pasaron, las pruebas corregidas fueron entregadas y la de Naruto, como siempre, era adornada con un enorme 10 en rojo, junto a un sticker feliz.

Eso, en vez de alegrarlo, pareció preocuparlo más.

Cuando las clases terminaron, uní nuestras manos para dirigirnos a la casa del hermoso niño rubio. Habíamos planeado pasar toda la tarde jugando o dibujando, las dos actividades favoritas de Naruto.

Siempre perdía contra él porque, según palabras del mismo Naruto, fué entrenado por la mejor jugadora del mundo. Tsunade Senju, su abuela materna de corazón. La mujer que había criado a su madre y que lo crió a él por muchos años, cuando sus padres debían trabajar todo el día para salir de las deudas.

La mujer, según me contó, contaba con una hermosura exótica. Cabellera rubia ceniza y ojos color miel, acompañadas de una hermosa piel clara y una esbelta figura. Nadie creería su edad si la dijera.

El humor de Naruto había estado mejor, aunque aún se dejaban ver algunos rastros de su ansiedad. Sabía que algo estaba pasando, pero no podría definir qué.

- ¿Crees que deberíamos comprar algo para comer?- él solo negó con una sonrisa y dobló la esquina, frenándose derrepente.- ¿Ocurre algo? Cariño.- miré en la misma dirección que él, admiraba su casa. Las luces estaban prendidas, como nunca.

- Mamá y papá están trabajando...- explicó inquieto y yo asentí, tranquilizándolo. Tomé su mano y comencé a caminar.

- Quizás llegaron antes, tranquilo.- dije, permitiendo que leyera mis labios. Él solo asintió, no muy convencido. Sacó las llaves de su bolsillo y con manos temblorosas intentó abrir la puerta, sin éxito. Tomé las llaves de sus manitos y abrí, dejándolo entrar primero.

Cambiamos nuestros zapatos y dejamos los abrigos en el perchero. Y, cuando estábamos entrando a la sala, sentimos el triste ambiente.

Kushina-san y Minato-san estaban sentados en los sillones, mientras el padre de Naruto intentaba consolar a una devastada Kushina. En el otro sillón había un hombre peliblanco, no lo reconocía.

Sostuve la mano de Naruto con fuerza, sintiendo sus nervios.

- Minato-san...- llamé, haciendo que toda la atención fuese a parar a nosotros.

- Naruto...- el susurro de su madre me hizo dar escalofríos y sostuve aún más fuerte la pequeña manito temblorosa que se encontraba aferrada a mí casi con desesperación.- Tu abuela... Ella falleció.- sostuve a Naruto cuando sus piernas fallaron y lo ayudé a sentarse en el escalón.

𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕤𝕚𝕝𝕖𝕟𝕔𝕚𝕠𝕤𝕠•ShikaNaru•🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora