Sister x Pathos

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No puedo creer que ese bastardo haya logrado matar uno de mis subordinados, era inaceptable. Pero, me alegraba de sobremanera el hecho de que creyó exterminarme, su expresión fue indiferente, aunque sabía muy bien que estaba molesto. ¿Por cuánto tiempo me seguirás persiguiendo?, se había vuelto su costumbre, quería asesinarme para proteger a esos humanos. No comprendía sus motivos ante mi solo eran alimento, diversión. Era un hibrido bastante interesante.

Mire la gran ventana de la iglesia, los rayos lunares entraban en la habitación iluminándola tenuemente, los asientos terminaron de ser empolvados, los adornos fueron colocados en su lugar, todo estaba según el plan, aun así, debía de apresurarme. El no tardo en encontrar a una de nosotras, lo mas probables es que este buscando arduamente mi paradero en este momento. Tenia que acabar con este pueblo lo más rápido posible, mi mas grande duda era si la policía estaría de su lado...antes su desconfianza estaba en mi favor.

-Maldita sea Luka, pudiste actuar mas serena ante el momento...-murmure molesta, una de mis tazas de "té" se acercó hasta a mí, estaba sedienta y me quedaba poco alimento. No dude en tomarlo, sintiendo como me llenaba de placer ante este acto.

Suspire una vez que termine de saborear el néctar tinto, levantándome de golpe de mi lugar proponiéndome para buscar nuevas presas, humanos con deseos egoístas...pobres e indefensos, si supieran que todo es una ilusión provocada por mí. Rei por lo bajo, la sangre era mas exquisita cuando desbordaban de alegría.

...

Ya mi nombre era conocido en el pueblo, poco a poco estaban entrando a mi salón de té, entregando sus almas por unos deseos. Era tiempo para que los que faltaran se unieran a mi y luego terminar con este patético pueblo, el hecho de saber que tendría un festín hacia que mi sonrisa se ensanchara. Paseaba por las calles del pueblo, saludando cortésmente a los habitantes, proporcionándoles rezos y algunos folletos para que vengan a mi fiesta de te de la noche, donde sus deseos de harían realidad.

-Hermana Rin-detuve mi caminar, volteando a ver al hombre que me nombro-lamento molestarla-era uno de los peones del mas rico del pueblo. Sonreí amablemente.

-No es ninguna molestia-di una leve reverencia, aquello sonrojo al joven-dígame, ¿Cuál es su malestar?-hice contacto visual, el aparto su mirada.

-B-Bueno, mi señor pregunta el día que realizara otra "fiesta de té"-al parecer la destrucción del pueblo sería más rápida de lo que espere, normalmente cuando los mas ricos del lugar caían todos accedían.

-Esta de suerte, hoy será la última fiesta de té-entregue uno de los volantes que traía. Aquello sorprendió a todos los de nuestro alrededor.

-¿La última?-bien...acelerarlo fue la mejor opción.

-Si, me temo que pronto tendré que marcharme...-realice una reverencia ante la muchedumbre que se estaba apegando. Sus murmuros de preocupación era música para mis odios-Atenderé a todos con gusto, comenzara a la misma hora...cuando el sol se oculte-volví a dar una reverencia y me marche al salón.

Me abrí paso entre la multitud, entregando mi mejor sonrisa. Hoy seria la noche final y pensar que solo basto una semana para comprar a todo el pueblo. El rico del lugar fue mi carta de triunfo y aun no había señales de ese intrépido hibrido. Lo mejor estaba por comenzar.

...

-Hermana Rin...cumpla mis deseos-

-Aún no se puede marchar-

-Deseo ser millonario-

-Deseo poseer esas tierras-

-Deseo...deseo...-

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