relatos cortos rinxlen

Después de un tiempo.

Ambos adolescentes colocaron su oído detrás de aquella puerta, ocultando su presencia. Querían escuchar la tan importante platica que se estaba dando dentro del cuarto, usualmente les importaría menos...pero, al ver el rostro de su quería maestra ensombrecerse les llamó la atención.

La señorita Rihanna era una mujer bastante tranquila, siempre con el mismo rostro neutral y casi inexpresivo. Siendo bastante recta con sus reglas y cumpliendo al pie de la letra la enseñanza para sus alumnos, ayudando a mejorar bastante las técnicas mezcladas con el arte marcial; Ellos la conocían por su poder y estatus que gano con los años, por eso, ver el cambio repentino de su mirada los alerto.

"¿Crees que se den cuenta de nuestra presencia?", El mayor de los dos, leyó la mente de su compañero. Negando con la cabeza.

"No creo, la señorita Rihanna elogio nuestra habilidad", se sentía confiado en que no los encontrarían, inclusive esperaba burlar a los demás maestros.

—Se volvió imparable—fueron las palabras de un hombre al cual reconocieron como el maestro Kai—Tenemos que dar aviso al gobernante.

—De todas formas, seremos nosotros quien se enfrentará a él—esta vez la voz fue de una mujer, la señorita Gumelia tenía un carácter...complicado—Analizaremos su ruta y lo interceptaremos, tenemos que asesinarlo.

Un suspiro de asombro fue ahogado por ambos, era cierto que los maestros eran unos guerreros admirables, y seguramente habían manchado sus manos para lograr la paz del pueblo...pero, escucharlos hablar en ese tono lo sorprendió.

—Tenemos que evacuar a la gente del pueblo—la dulce voz pacifica del maestro Mikuo apaciguo un poco los murmullos de los presentes—No debemos realizar más revuelo del que hicimos, los alumnos deben estar preocupados—una mirada cómplice se formó en ambos al escuchar aquello.

—No hay tiempo, puede llegar en cualquier maldito momento. Inclusive puede estar ya en el pueblo...era sumamente rápido—volvió a hablar el maestro Kai, sus palabras salieron rápidamente de él, podían sentir su miedo.

—¿No crees que logremos vencer a ese rubiecito?—se burló la señorita Gumelia.

—No lo viste pelear.

Un silencio se formó en la habitación, alertando a los chicos creyendo que en cualquier momento saldrían sus maestros y los castigarían por andar espiando en asuntos que no les convenía. Sin embargo, el deseo de saber qué dirían era más fuerte que ellos.

—Evacuemos cuanto antes al pueblo, luego charlaremos de lo demás—fueron las palabras del maestro Gakupo.

Sin pensarla más, echaron a correr, procurando no hacer mucho ruido con sus pisadas y mantener su presencia oculta lo mejor que pudieran. Los pasillos del corredor estaban desolados, mandaron a los demás a sus hogares y dormitorios, se sentía extraño ser los únicos en el lugar...pero, no era la primera vez, siempre solían escabullirse por ahí por mero capricho, siempre buscando diversión.

"¿Quién crees que se esté acercando?", pregunto el menor, buscando la mirada de su amigo. Cierto, era mejor hablar por ese método, no sabría si los estarían escuchando.

"No lo sé", simplemente lo rebasaba por dos años, no era como si supiera más que él.

"¿Te diste cuenta?", volvió a preguntar el menor. Al no entender su pregunta lo miro directamente.

"¿Qué cosa?", dejaron de correr cuando estuvieron a una distancia prudente, caminando hasta sus respectivos cuartos.

"La señorita Rihanna no pronuncio palabra".

...