La oscuridad de la noche.

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—A-Ah...Len-sama...—murmuro avergonzada la rubia sintiendo como la lengua del chico invadía su intimidad con ferocidad haciendo que ella se retorciera del placer entre las sabanas alborotadas de la gran cama matrimonial—N-No a-ahí—intentaba pedir piedad, pero siempre era ignorada olímpicamente por él.

Cuando sintió que estaba a punto de llegar al orgasmo notó como el chico aumentada las lamidas en ese punto, metiendo dos dedos en su entrada realizando un vaivén con ellos. Sus gemidos aumentaron ahogando la sala hasta que se sintió desfacellecer, el cosquilleo fue demasiado fuerte yendo desde su vientre hasta la parte mas baja de su cuerpo expulsando un líquido algo salino.

—Ha..ah...Len—murmuraba exhausta la chica, escuchando una risa sonora por parte del rubio. Noto como se alejaba de ella quedando encima mientras lamia sus labios.

—Rin, esto aún no ha terminado—canturreo gustoso tomando las mejillas de la rubia moviendo un poco su cabeza para dejarla expuesta en el cuello, se acerco oliendo el fuerte y embriagante aroma que le proporcionaba y eso lo volvía loco.

—Nhg—se quejó ella cuando sintió la lengua húmeda de Len, sabía lo que vendría y a pesar de todo el tiempo que lleva viviendo junto a él (en contra de su voluntad), aun no se acostumbraba a aquello. Sabia que en la luna llena se volvía más errático en sus acciones, actuando por mero impulso, a veces intentaba evitarlo...parecía una bestia hambrienta.

—Tan linda...—murmuro extasiado dejando chupetones alrededor de la zona que le gustaba marcar. Una de sus manos se paseo por los senos de ella, apretando su pezón derecho con los dedos haciendo que su cuerpo temblara, esperaba que esa zona se volviera a humedecer. Ya no podía posponerlo mas cuando clavo sus colmillos en el cuello de su amante.

—¡Ah!—grito la muchacha, el dolor era notable, pero él no pararía, nunca lo hacía. Intentaba relajarse y concentrarse en las otras caricias que le proporcionaba el muchacho, pero cada que succionaba fuertemente no lograba hacerlo—L-Len—rogaba por que parara, se sentía débil cada que realizaba aquello, quedando sumisa ante él...

El rubio dejo de absorber la tan deliciosa sangre de la chica admirando la perforación de sus colmillos en la piel blanquecina, ahora bicolor por las marcas dejadas anteriormente, como le gustaba demostrar que ella solo le pertenecía a él. Sonrió juguetonamente apoderándose de los labios de su amada, besándola ávidamente, mordiendo levemente su labio inferior pidiendo acceso para poder saborear todo dentro de ella.

—Mmmm...ah...—gemía la chica en medio del beso, sintiendo como el fuego invadía su intimidad, como si quemara, Dios...lo necesitaba tanto dentro de ella. Con sus brazos rodeo el cuello del chico pidiendo más cercanía; las manos juguetonas de Len abrieron levemente las piernas de ella, encajando perfectamente en ese espacio...sabia que ella lo necesitaba, pero le gustaba jugar con su paciencia, quería que rogara por su cercanía.

Sentía como ella se frotaba sin vergüenza alguna, rozando ambas intimidades en un delicioso movimiento. Rin se desesperaba a cada segundo que pasaba, separándose del beso húmedo que estaban teniendo mientras veía esos ojos rubíes en medio del cuarto oscuro.

—Len...por favor, te necesito dentro de mi—pidió avergonzada, mostrando un poco de inocencia. No era la primera vez que lo hacían, pero aun así cada que tenían este tipo de actividades no podía evitar sentirse de esa forma.

El rubio se preparo para penetrarla colocando la punta en su entrada, sintiendo como las paredes húmedas de Rin realizaban más fácil el movimiento, la calidez que le proporcionaba era algo sumamente adictivo...ya que su cuerpo frio no podía producirla. Cuando entro completamente en ella espero un poco, hasta sentir como ella se movía.

Dio una leve risita—¿Tan desesperada estas por sentirme?—acaricio levemente su mejilla, el verla de esa forma...tan sumisa ante él, despeinada, cubierta por gotas de sudor, su cuerpo marcado por todas partes—Tan exquisita...—beso los labios de la chica una vez más.

Comenzó con movimientos circulares, acostumbrando a su chica para luego dar leves estocadas, mientras acariciaba los senos de ella apretándolos y masajeándolos. Los gemidos ahogados de ella aumentaban con cada estocada que daba; se separo queriendo escucharla ahora cambiando sus labios por uno de sus senos, mordisqueando un poco el pezón, verla temblar era abrumador.

—L-Len—ella acariciaba la cabeza del muchacho, buscando algo en lo que aferrarse. Con sus piernas las entrelazo en la cadera del chico haciendo los movimientos más profundos, dándole más comodidad, llegando a ese punto que tanto ansiaba.

—Rin...mi Rin—gimió el muchacho volviendo a clavar sus colmillos en otra parte del cuello de la chica ganándose un quejido por parte de esta—Mía y solo mía—saco sus colmillos volviendo a estamparlos ahora en la clavícula.

—¡Ah!—gimoteo Rin, por alguna razón no le importaba que hiciera aquello, tal vez por la oleada de placer que le proporcionaba tenerlo dentro suyo.

Los movimientos de Len se hicieron más rápidos dándole a entender que estaba a punto de llegar al tan deseado orgasmo; El rubio abrió un poco mas las piernas de Rin, ahora estaba siendo mas brusco y eso a la chica le encantaba.

—¡Len!, ¡Len!—llamaba el nombre de su amado, hasta que volvió a sentir esa descarga recorrer por todo su cuerpo, apretando un poco mas la cabeza del muchacho a ella.

El rubio sintió como las paredes de la chica apretaban su miembro haciendo que soltara su esperma dentro de ella, llenándola por completo. Los suspiros de ambos fueron audibles, satisfechos por la acción realizada. Len salió de ella acariciando un poco su miembro liberando el poco semen que le quedaba observando a su Rin temblar.

La chica extendió sus brazos hasta él, pidiendo un abrazo y cariño. El rubio sonrió de lado acomodándose cerca de ella, tomándola de la cintura estampando un beso en la frente de la chica; Rin se acurruco en los brazos del chico, sintiéndose cómoda por sus caricias.

—Te amo...Len—murmuro somnolienta, dando besitos en el cuello del chico.

—Y yo a ti mi Rinny—abrazo un poco mas fuerte a la chica, cubriéndola con una manta esperando a que se durmiera para poder velar sus sueños.

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