Sentir

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Arremangué mi manga larga, mirando expectante el escenario y con sutileza a mi acompañante quien rebozaba de extrema "felicidad"; hice aparecer la varita en mi mano derecha alzándola con delicadeza cual batuta lista para un concierto. Las luces de la habitación se encendieron de golpe, mostrando el brillo que habían perdido hace años, el piso fue desempolvado con tal solo un movimiento de mi varita mire en una esquina haciendo aparecer una mesa llena de "bocadillos" listos para comer, al menos eso es lo que aparentaba. La habitación principal estaba lista, solo faltaba que llegaran los invitados...ah cierto y la música. Alce de golpe mi varita, recitando un conjuro...aparecieron almas de unos músicos del lugar, trayendo consigo los instrumentos que tocaban en vida, aunque ahora también los tocan en la otra.

-Está listo-murmure, mirando extasiada lo que había conseguido. Mi compañero me paso un vaso de agua, estaba un poco cansada, pero no me molesta hacer esto, ellos cumplirían su último deseo de vida. Tome un pequeño sorbo para luego desaparecer el vaso entre mis manos.

-¿Tenias alguna conexión con la familia de este lugar?-me gire para verlo, sus orbes azules lograban hipnotizarme. Siempre manteniendo esa mirada fría, aun con los años que pase a su lado me era difícil saber que pensaba y cuando quería usar algún hechizo en él para leer su mente, este siempre se daba cuenta de ello.

-Solo conocí a su querida hija, una niña que me acogió en mis tiempos de soledad...-rememoré esos tiempos, buscando comida en las calles, aun no controlaba bien mis poderes. Ya había pasado mucho tiempo...el incendio solo había dejado todo en escombros, aunque inexplicablemente el salón principal quedo intacto-Pronto será media noche, deberíamos alistarnos para la conmemoración, recuerda que los espíritus son sensibles, no los provoques-lo mire seriamente para luego dedicarle una sonrisa.

Alce mi varita apuntando a su cabeza, dándole un golpe sutil. Su vestimenta cambio a un traje negro, se veía sumamente apuesto, estaba complacida; había mejorado mucho en la magia...parece que solo fue hace unos años que era una inútil. Levante la varita por encima de mi cabeza cambiando mi traje sucio por uno más elegante, el vestido también era negro, adoraba mucho este color.

-Aún falta una media hora para que aparezcan-murmuro el rubio, yo lo observe pensante.

-¿Quieres hacer algo?-me miro directamente a los ojos y tomo mi mano con sutileza. Él era más alto que yo, había crecido tanto.

-Se que no te gusta hablar de tu pasado...-así que eso era, quería saber más de mí. Tenía su derecho, lo había traído a este lugar sin decirle nada, bueno, siempre hago eso con él. Nunca se quejaba de aquello.

-Bien, te contare mi relación con la pequeña niña de este lugar-solté su agarre y con mi varita (que estaba en la otra mano) apunte al fondo de la habitación iluminando un cuadro familiar, el rostro de los padres estaba calcinado pero las llamas no lograron quemar del todo a la pequeña. Él observo con atención.

-Vaya, debió de tener-

-Murió a los 7 años-lo interrumpí, seguíamos observando su pintura. Su cabello verde rizado y su sonrisa que iluminaba su rostro-Antes, no controlaba bien mi magia...uno de esos días me convertí en un gato por accidente-me reí por lo bajo, aun recordaba el miedo que sentí por no volver a mi forma natural.

El escuchaba atentamente cada palabra, su rostro no cambio, pero en sus ojos se veía cierta comprensión y pena. Antes de seguir contando hice aparecer una mesita de té con dos sillas, nos sentamos en estas, suspiré por el cansancio.

-Vague por las calles con esa apariencia como por dos años...aún sigo sorprendida por mi supervivencia, tuve que aprender a comer ratas, ¿sabes lo asqueroso que saben?-hice una pausa, aún tenía el sabor amargo en mi boca al comer esas cosas-Bueno, con el tiempo te acostumbras-el asintió-en uno de esos días de lluvia entré a un callejón en busca de refugio cuando ella apareció, vistiendo su elegante vestido acompañada de su nana-sonreí inconscientemente, a ella le encantaba escaparse a las calles con su abuela; lo que le llamo la atención de mi fueron mis ojos escarlata...unos ojos que en su momento llegue a odiar e inclusive pensé en arrancármelos.

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