Usualmente cuando los clientes no realizaban alguna cita era porque verdaderamente estaban desesperados por atención, o al menos eso pensaba. Desde el punto de vista profesional atendería a cualquiera que acudiera según el régimen establecido...pero desde lo emocional no podía negarle nada a alguien que me viera con los ojos llorosos.
Porque en un momento de mi vida también necesite ayuda y me la negaron.
Volví a observar al último paciente con curiosidad, secando sus lágrimas con el papel que le di, tratando de calmar su respiración y sus pulsaciones a medida que pasaban los minutos. Lo escuche repetir unas cuantas disculpas, negando con mi cabeza que no tenía que hacer aquello y que estaba bien.
Cuando se calmó me observo con una leve sonrisa agradeciendo el que lo haya atendido aun sabiendo que no se encontraba en hora de consulta y se volvió a disculpar por aquello, pagándome por adelantado con el efectivo que cargaba. Le devolví su sonrisa esperando que se calmara un poco.
—N-No sé por dónde comenzar—rio nerviosamente, con calma me fijaba en cada uno de sus movimientos—nunca vine al psicólogo, es mi primera vez...y la verdad me siento muy nervioso—se sinceró, buscando consuelo con mi mirada.
—Tranquilo, no tienes por qué temer...estoy aquí para escuchar tus malestares—sonreí cálidamente, el muchacho asintió y con pesadez suspiro.
—Cuando era pequeño—comenzó a relatar, lo que supuso sería el origen de sus problemas—mis padres intentaban llenar su falta de cariño con cosas materiales, cuando vieron que lo material ya no me hacía feliz intentaron darme algo que me distrajera a la larga...un cachorro bastante juguetón y ruidoso—se detuvo, le pase un vaso de agua que rellene con anterioridad al verlo en la puerta de mi consultorio. Lo tomo con una leve reverencia—por un tiempo lleno el vacío, claro era chico...mientras algo me querría me sentía feliz—dio una ligera sonrisa—pero, cuando jugábamos en un parque cercano...mi cachorro fue corriendo a la avenida siendo aplastado fervientemente por un coche.
Un silencio reino el consultorio, yo le volví a pasar un pañuelo por si lloraba nuevamente, pero contuvo sus lágrimas, supongo que las heridas de aquello sanaron; el rubio tomo un poco más del vaso de agua, dándose ánimos para seguir contando.
—Cuando mis padres se enteraron no dudaron en comprarme otro perro—rio amargamente—como si fuera necesario, no lo sé. Este era un poco más agresivo que el anterior, igualmente ruidoso. Recuerdo que usualmente le gustaba cavar en el patio del vecino ganándome su odio, pero por más que lo intentara el perro no me obedecía—dejo su vaso en mi escritorio—al final, cuando lo saque a pasear unos perros de diferente tamaño lo atacaron desfigurando su rostro con sus mordidas—su voz se ensombreció, bajo la mirada apenado.
Anotaba mentalmente todos los posibles traumas ocasionados por aquellas muertes presenciales, me preguntaba si en su infancia le tuvo miedo a la calle luego de aquello o si dejo de pensar en tener mascotas por las malas experiencias.
—Ahora...pienso en eso y creo que fue mi culpa, no pude cuidarlos como se debía...y—reprimía su llanto como podía, inútilmente ya que algunas lágrimas se escapaban de sus ojos y su nariz comenzaba a irritarse.
Se veía bastante adolorido, explico que en su adultez no dejaba de pensar los posibles escenarios que podían plantearse cada que salía a la calle, tomando su hogar como el único lugar seguro. Me alegra que pudiera venir a mí para tratar su ansiedad antes de que se empeore y no hubiera vuelta atrás.
Le hable un poco sobre las medidas que tomaríamos y las consultas que realizaríamos cada semana, intentando ver si podía sanarse por cuenta propia o si necesitaría medicamentos para estabilizar el dominio de su mente.
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relatos cortos rinxlen
FanfictionRelatos de mi pareja favorita. Portada hecha por otaku_chan07 te amo mujer :,)