Campo de batalla.

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—Sinceramente no creí que nos conociéramos de esta forma—comento la chica quitándose los guantes fosforescentes, observo seriamente al muchacho quien vestía un keikogi bastante peculiar (las mangas estaban cortadas mostrando sus trabajados brazos), el color del cinturón era negro resaltando que era un experto en el karate.

El chico no dijo palabra alguna, seguía con aquella mirada fría con la que llego observándola cada que peleaba mientras la analizaba y pensaba con que responder por si se enfrentaba a la rubia, llegando por fin a ese momento; lastimosamente para la rubia no se podía decir lo mismo ya que solo lo vio de reojo dos veces y justo cuando gano las peleas por lo que nunca lo vio en acción. Era obvio que él tenía ventaja...aquello le disgustaba.

Tenían un momento para presentarse antes de que comenzara la pelea, pero no era necesario ya que conocían sus nombres y poco le importaba saber de sus vidas, lo importante era saber que tan habilidosos eran en combate.

¿Cómo llegaron a eso?, fue Rin la que solía pelear por un poco de dinero en los mundos bajos llamando la atención por ser una mujer pequeña actuando como una ingenua, estafando a los demás con esa actuación mientras su hermano Oliver apostaba por ella ganando una buena suma de dinero...aunque desde hace un tiempo un karateka llamo la atención de la mayoría llegando a toparse con él en dos diferentes ciudades, sinceramente no creyó que se enfrentaría a él.

Len por su parte siguió a la rubia para probar su fuerza, conociendo su actuación desde el principio por lo que fue directo a retarla en cuanto la vio sin siquiera esperar que estuviera en el ring; ahí fue cuando ella se dio cuenta que él la conocía...

Ambos estaban emocionados, pero no lo demostrarían.

—No me decepciones—fue lo único que dijo Len seriamente, llegando a molestar un poco a la chica que respiro profundo para no perder los estribos y abalanzarse sin pensar.

—Espero que no seas lento—sonrió con sorna la muchacha colocándose en posición de batalla.

Al ser un combate del bajo mundo las reglas no existían, se podía usar inclusive armas o ataques sorpresas en medio de la batalla y la única forma que se daría fin era cuando uno de los dos ya no pudiera levantarse...

Un pitido resonó por el lugar, emocionando a los espectadores que no tardaron en demostrarlo con unos gritos de ánimos a ambos rubios. El hermano de la rubia se colocó en un lugar un tanto alejado observando con cierto nerviosismo el ring, esperando que ella no saliera lastimada ya que él si conocía la reputación de su contrincante.

Con agilidad fue Len quien dio el primer golpe, chocando con su puño derecho directo al estómago de la chica causándole un fuerte dolor, ella se sorprendió por la rapidez del chico ni siquiera pudo predecir su ataque como pudo tomo con todas sus fuerzas el brazo del muchacho realizando una especie de torniquete saltando en el momento que perdió el equilibrio para intentar tomarlo con sus piernas en el cuello; Len al notar lo que ella haría antes de ser levantado dio un leve salto con sus piernas dando una media vuelta haciendo que la rubia cayera de espaldas mientras aun sostenía su brazo.

—¡Ahg!—gimió Rin, tenía que reconocerlo era bastante fuerte, apenas era el principio y ella ya estaba en el suelo con el encima de ella, lo peor es que su rostro sereno seguía intacto.

A modo de liberarse de esa situación ella libero al muchacho del agarre y con su brazo izquierdo fingió dirigir un golpe a su rostro haciendo que él se cubriera con ambos brazos, aunque con su rodilla logro golpear sus costillas botándolo a un lado del ring mientras ella se levantaba para observarlo.

—Golpear a una dama no es de caballeros—musito divertida mientras corría a toda velocidad a golpear al muchacho que recién se ponía de pie.

Con velocidad dio un gancho izquierdo directo a su cuello, el chico solo pudo retroceder esquivando con dificultad el golpe mientras movía su cuerpo a un lado, al notar como esquivaba su ataque prosiguió un gancho derecho, pero igualmente lo esquivo; Len al notar que estaba cerca de las cuerdas se colocó en cuclillas moviendo su pierna derecha hacia los pies de la rubia haciendo que perdiera el equilibrio. Al notar eso dio un salto en reversa cayendo arrodillada, ni siquiera pudo levantarse cuando vio una mancha blanca en el aire, por puro instinto se cubrió la cabeza sintiendo un choque fuerte notando la pierna del chico sobre sus brazos, entendió que quiso darle una patada en la cabeza para que perdiera el conocimiento.

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