Capítulo 10. El Baile y los Anillos Mágicos de Poder.

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-¿Qué le paso a ella?

-Ni idea. Ella era profesora en esta escuela. Hay un bosque cerca de aquí. Se supone que esta maldito y que nadie puede entrar ahí ya que muy pocos regresan con vida. Mi madre tuvo curiosidad de ver lo que había en ese bosque y entonces una noche escoltada por tres guardias entro. Desde ese día no se sabe nada de ella. Apenas tenía 7 años la última vez que la vi.

-Oh. Lo siento.

-No, no...no te preocupes. Además. ¿Qué puedo hacer?

Cici vio al grupo de músicos preparándose para tocar las canciones románticas.

-Oye... ¿Bailamos?

Hans miro a todos lados preguntándose a quien le decía.

-Tú. ¿Bailamos?

Le tomo de la mano y lo levanto de la silla.

-Pero... pero yo no se bailar.

-No es difícil. Solo tómame de la mano y sigue mis pasos.

La música había empezado. La melodía era "A just a little bit your heart" de una tal Ariana Grande. Cici llevaba a Hans por todo el comedor dando vueltas y pequeños brincos mientras bailaban. Martí regreso del baño y vio a su amigo bailando con Cici. Él se sorprendió mucho que grito.

-¡Eso Hans! ¡Muy bien!

Hans y Cici voltearon a verlo. El le hizo una seña de que callase y volvió a su baile.

-¿Amigo tuyo?

-Sí.

-Es divertido.

-¿Lo crees así?

Cici asintió con la cabeza. Sus pasos iban al ritmo de la canción. La directora se asombró de esa pareja y se levantó de su silla. Hizo que los músicos pararan la canción un momento y se dirigió Hans y Cici.

-¿Cómo lo hacen?

-¿Qué cosa?

-Su baile... es... asombroso...magnifico... ¡BRILLANTE!

-Solo nos soltamos.

-No. Es algo más. Volteo a ver al profesor Flores e hizo que viniera.

-Flores. ¿Crees que tus alumnos merezcan una recompensa?

Flores volteo a verlos. Saco de su bolsillo una caja rectangular y se la dio a Hans. Le susurró al oído.

-No la abras en público. Te puede servir.

Él se preguntó que podría estar dentro de esa caja. La directora volvió a sentarse en su silla y volvió la música en el recinto. Hans volteo a ver a Cici.

-Lo siento. Debo irme.

-Pero...

Se fue. Martí lo siguió. Se dirigía al baño. Una vez entrado ahí abrió la caja. Eran unos simples anillos. Tres diferentes. Uno era blanco con una flor del mismo color. Otro dorado con una gema roja. Y otro plateado con una gema azul. Cada uno estaba unido con un papelito. Hans lo abrió y lo leyó.

"11 de Febrero de 1984. Colegio Don't Go toSleep. Fragmento sacado del libro de La historia de los anillos mágicos de poder. La historia de los anillos ya mencionados data del tiempo de Alejandro Magno. Este poderoso rey quiso conquistar los países vecinos para agrandar el territorio del imperio griego. Pero no lo podía lograr si los reyes de los demás países no tenían miedo del poderío griego de aquel entonces. Por lo cual Alejandro mandó a construir tres anillos que estuvieran cargados de magia para conquistar incluso continentes enteros. El resultado fue los anillos de poder mágicos. Cada anillo era único. Narya se llamaba el anillo del fuego que era dorado con un rubí, Nenya se llamaba el del hielo que era blanco con una flor del mismo color, y Vilya se llamaba el anillo del agua que era plateado con un diamante. Todo aquel posee estos tres anillos y se los ponga se vuelve invencible ante cualquier ataque enemigo ya sea de fuerza o mágico. También se podía controlar el clima del lugar según cada anillo."

Hans se sorprendió al leer todo el papel. Vio los anillos con duda y se los puso. Luego se encontró en un vacío flotando.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí?

Una bola de fuego gigante se alumbro ante el mientras se convertía en una imagen más clara. Era un bosque en el que al fondo se avistaba una torre oscura. Hans no quitaba el ojo de esa torre hasta que sintió que alguien lo observaba desde ahí. Oyó una voz como la de John.

-Estas perdido... no hay escapatoria... la guerra está cerca.

Hans no pudo aguantar ese sentimiento que tuvo que quitarse los anillos. Se encontraba en el mismo baño. Nada había cambiado. Ninguna bola de fuego, ningún bosque, ninguna torre, nada.

Salió del baño y se encontró a Martí esperándolo.

-¿Por qué tardaste tanto se puede saber?

-Luego te cuento. Ven.

La Vida de Martí FlechenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora