Cuando desperté de la anestesia a la mañana siguiente. Pensando que no había perdido a mi bebé, que todo había sido producto de un sueño. Pero al abrir los ojos, la habitación de hospital me recordó que todo había sido real.
Me sentí vacía. Miserable.
Culpándome por no percatarme de que estaba embarazada.
Perdí a mi bebé.
La habitación estaba llena de ramos de rosas amarillas. Dándole un poco de vida a la sombría habitación.
El mundo, mi mundo. Se complicó desde el momento en que Valentino entró en el restaurante. Mirándome con esos ojos azules.
Él tampoco está aquí, sosteniendo mi mano, susurrándome al oído con suavidad que superaremos que superaremos la pérdida del bebé.
¿Si estuviera aquí y hubiera sabido que estaba embarazada, él hubiese deseado que conserváramos al bebé?
Porque Valentino usaba protección cada vez que estábamos juntos. Estaba cómodo, adoraba a Jessie y la quería en su vida. La aceptó desde el primer momento.
Pero un bebé, en su mundo, es totalmente diferente. Tendría que condenar a mi hijo a esa vida. Aunque Valentino no lo hubiera permitido. Lo hubiera mantenido alejado del peligro.
Valentino no lo obligaría a ser un asesino, como lo había obligado su padre. Pero, ¿Qué hubiera hecho con un bebé y una niña de seis años? Sola.
Ya no seríamos dos. Tendría que sacrificar mi tiempo como madre para trabajar más duro para darle una vida digna a esas dos vidas.
Me resulta difícil creer que hubo un ser tan pequeño, creciendo dentro de mí.
El día fuera de la pequeña ventana de la habitación de hospital, es gris, como mi vida en estos momentos.
Sin él y sin nuestro bebé.
He llorado desconsoladamente desde que mis ojos vieron la luz de un nuevo día.
La enfermera entra a cierto tiempo a la habitación, para monitorear el suero que cae lentamente.
Me ha preguntado cómo me encuentro. He sido sincera con ella, la joven enfermera es amable conmigo y no pude mentirle sobre cómo me siento.
¿Cómo voy a sentirme bien después de perder a un bebé que no sabía que estaba esperando hasta hace unas horas?
Veo que la puerta se abre y Peter entra con un enorme ramo de girasoles con una sonrisa que siempre lo ha caracterizado dibujada en su bronceado rostro. Mirándome con esos ojos verdes alegres y brillantes.
- Zaheera me llamó. Dijo que estabas en el hospital. Me preocupe y ella quiere saber cómo te encuentras – Me tiende el ramo, lo tomo entre mis manos e inhalo el hermoso aroma de los cuatro girasoles de un amarillo tan intenso y brillante en todos sus pétalos, pero no tan llamativos como las rosas que rodean la camilla.
- Gracias por preocuparte, Peter. Que hermoso detalle. –
- ¿Cómo te sientes? –
- Miserable. Me culpo por ser tan descuidada. Perder lo único que me quedaba de él, ha sido un golpe demasiado duro y doloroso. –
- Lo lamento, Ciara. –
- También yo. Si no hubiera estado tan deprimida por la muerte de Valentino. –
- Oh Ciara, no tenía idea de que él murió. –
- Valentino ... es difícil admitir lo que realmente era Valentino. –
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Peligroso Deseo
RomanceCiara Dagger, una camarera. Lleva una vida complicada. Desde muy joven tuvo que trabajar para salir adelante. Lo poco que tiene, lo ha conseguido con mucho esfuerzo y dedicación. Tiene que ver por su única familia, la pequeña Jessie. Poniendo toda...