Capítulo 29

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No podía conciliar el sueño en toda la noche. Salí de la cama mucho antes del amanecer.

Permanecí sentada en el sofá frente a la chimenea. En medio de la penumbra.

Hasta que los rayos del sol comenzaron a iluminar la pequeña sala de estar.

El único pensamiento que rondaba en mi mente era que Leandro sabe que estoy embarazada. Y que está esperando la oportunidad para secuestrarme y alejarme para siempre de Valentino.

Imaginando lo que ese hombre querrá hacer conmigo y mi bebé.

Acariciando mi enorme barriga y susurrando palabras tranquilizadoras para el bebé. Pero creo que las decía para tranquilizarme a mí misma.

Repitiendo una y otra vez que ese hombre no me pondrá una mano encima.

Aunque mi miedo aumento, al darme cuenta que Leandro no descansara hasta hacer sufrir a Valentino por la muerte de su hermana.

Y el bebé y yo somos el blanco perfecto.

Quiere causarle el mismo dolor que él sintió al enterarse de que su hermana estaba muerta a manos de Valentino de Luca.

Su voz me sorprende. Provocando que me sobresalte y mi corazón palpite frenéticamente contra mi pecho.

- ¿Qué haces despierta tan temprano, il mio fiore? No quise bajar antes porque creí que necesitabas estar sola – Sujeta mis hombros.

- No podía estar un segundo más en la cama. El bebé no paraba de moverse. –

- Te conozco y sé que justo ahora me estas mintiendo. Te preocupa que Leandro estuviera cerca de nosotros desde que nos mudamos a esta casa. –

- ¿Cómo no quieres que me preocupe? Ese hombre secuestró a Jessie, te hirió. Y ahora quiere hacernos daño amenazando mi vida y la de nuestro hijo. ¿Desde hace cuánto tiempo sabias que Leandro está viviendo en Catania? –

- Dos meses. No quise decirte nada para no preocuparte e inquietarte. Debes estar tranquila por el bebé, por tu propia salud, para Jessie. –

- ¿Qué hay de ti? –

- Yo no importo. –

- Claro que importas. Y mucho. Debiste decirme que Leandro estaba vivo y tener más precaución al salir de casa. Te aterra que más de tus enemigos estén enterados del bebé. Pensé que ese hombre ya no irrumpiría en nuestra vida. –

- Hubiera preferido que ese cabrón estuviese a tres metros bajo la tierra. –

- ¿Qué va a suceder ahora? ¿Me llevare a Jessie y al bebé a un lugar seguro para que Leandro no nos encuentre? – Vuelvo el rostro para mirarlo por encima del hombro.

- No, Ciara. No te vas a esconder, no va a separarnos esta vez. El bebé puede nacer en cualquier momento y no quiero estar lejos de ti y de él. Si tan siquiera se le ocurre ponerte una mano encima, no dudaré en dispararle. Leandro no puede arrebatarme a la mujer que amo solo porque le hice un maldito favor a la humanidad – Aleja sus manos de mi cuerpo.

- Y era su hermana. Sin importar lo que era. –

- Pero voy a protegerte. Y no voy a discutir contigo por el desubicado e imbécil de Leandro. –

- ¿Qué haremos ahora? –

- Tú no harás nada. El que tiene que protegerte ese sería yo. No debes preocuparte. –

- Quiero ayudar. –

- Sé que quieres ayudar. Pero tienes que pensar en el bebé. Y no podemos hacer nada porque Leandro está muy bien escondido. –

Peligroso DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora