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Mayo del 2019.

Mavi

—¿Y no pensás llamar a tu mamá?—negué llevándome un bizcochito a la boca.

—Nap, necesito tener la vida medio resuelta para que se sienta mal después de cagarme a piñas—solté irónica acariciando al can que jugaba en el pasto—Es lindo tu patio—miré a mi alrededor el espacio lleno de plantas.

—Es el sector de Manuel, mamá lo hizo adicto a las plantas.

—Están lindas, vos no tenías ni una hoja en el depto de capital—lo molesté.

—No era un departamento para tener platas—contraatacó el ojiazul que cada tanto le daba un sorbido al mate.

—Yo tenía plantitas en el mío.

—Ajá... estaban medio muertas, pero cuentan—se burlaba de mi.

—Callate tarado, tenía mucho trabajo.

—Es verdad eso, trabajabas mucho.

—Tenía que vivir con algo, nene. No cago plata.

—Sí, lo sé, pero hablo de que en el estudio te hacían estar banda de tiempo y casi no tenías resto de día para nada. Llegabas cansada, a veces enojada, te bañabas, te hacías la que tenías energía para estar conmigo un rato y en el medio de algo te quedabas dormida arriba mío—recordó mientras miraba a un punto fijo en el cielo.

—Y me hubieras despertado—giré los ojos evitando darle la razón.

—Nah, estabas cansada—levantó los hombros sin importancia—Me acuerdo que venías y me contabas como te había ido. Siempre tenías algo que contar, no sé, algo había salido mal o por algo te habías enojado. Y yo solo contabas las veces que cabeceabas antes de que te ganara el cansancio, y eras competitiva, no dejabas que te domine y me seguías hablando, pero después te decía de hacer otra cosa y ahí sí palmabas definitivamente, no dabas más—sonrió.

—Entonces fui una mala novia—solté viéndolo negar rápido.

—No, no. A mi me gustaba verte aunque sea en lo último del día, me enternecia que aún cansada y todo te hacías un tiempito para mi.

—Es lo que haría cualquier novia Valen...

—No, no todas—suspiró triste.

—Bueno pero vos también te ibas varios días y yo no te reclamaba nada—solté algo molesta.

—No es un reclamo, Mav—se dio vuelta para mirarme—¿Sabes lo que yo esperaba volver de donde sea para verte un ratito y simplemente hablar con vos? Y las últimas veces era llegar en la madrugada, tocar la puerta de tu casa, que me abra Luli, entrar y verte dormida en el sillón volviendo a mentir en la promesa de "me quedo despierta para verte" que siempre hacías—hice un chasquido con la lengua—Pero no te enojes, linda—me sacudió un poco—A mi me encantaba esa rutina. No quería estar pegado a vos todo el día, me gustaban esos momentos a la noche donde charlabamos un ratito y sentía que todo mi día de mierda había valido la pena porque en ese momento estaba con vos.

—Perdón... no sé, ahora me siento mal, no te daba bola—miraba el pasto.

—Ay Mav—reía bajito mientras se acomodaba a mi lado—No siempre íbamos a poder estar pegados—me rodeó con su brazo—Las últimas semanas fueron difíciles.

—Pero no porque yo no te diera bola...—escuché su suspiro pesado.

—Ya sé, pero igual fueron difíciles. Yo estaba en otras cosas y vos en la gala...