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32

Octubre de 2018.

Mavi

—Ni de casualidad—negué hacia Marcos.

—Dale Mavis, es solo un rato, vas a ver que no te vas a dar cuenta de que estamos—quiso convencerme.

—No Marcos, ni en pedo. Que le hayan cortado el cable a Coti no significa que no lo puedas ver después, no es tan importante un partido—resté importancia.

—Mav, es Boca vs River, ¡El superclásico! ¿Cómo no va a ser importante?—siguió intentando.

—¡No!, no pienso arriesgar mi casa para que ustedes vengan a ver un partido que pueden ver en otro lado—estaba decidida—Mirá te tiro una idea, buscate algún barsito con precios no idos al carajo y ahí lo miras con el resto de personas que lo quieran ver—animé viéndolo bufar.

—Sos re mala—murmuró.

—Soy la mejor, cállate—grité desde mi cuarto cuando salió encaprichado.

°~~~~~~~°

—¡Mavis!—mi hermano pasó por la puerta de la habitación tirándose junto a mi en la cama—Te tengo un negocio—quiso comenzar a explicar.

—No van a mirar el partido acá, no quiero tener más quejas de parte de nadie, no—me anticipé a lo que iba a decir.

—Pero Mav...—rogó—Un partidito, dale, son solo 90 minutitos, para ver cómo gana River. Porque ahora sos de River, eh, no me vengas con pelotudeces de que sos bostera porque de hermanos pasamos a ser ultra rivales—habló gesticulando con las manos—¿Nos dejas?—intentó.

—¡No nene! Escuchen la radio, imagínense los goles, pidanle a un vecino que los mantenga al tanto, vayan a un bar... no mentira, vos a bares no vas—dije después de pensarlo—¡Bueno no sé, pero acá no lo van a ver!—hablé con autoridad.

—¡Vos no entendés nada!—salió del cuarto ofendido.

°~~~~~~~°

—Mavis, hermosa—Luli y Coti pasaron por la puerta pegaditas como hermanas.

Ambas se acercaban con timidez a la cama.

—¿Que me van a pedir?—era obvio.

—Nosotras... sabemos que a vos no te interesa pero... ¿No nos dejas venir?—giré los ojos cansada de escuchar sobre ese partido.

—¿Por qué a todo el mundo le interesa tanto verlo?—comenté al aire.

—Porque es el primer partido de la final, Mavi, dale, por favor todos queremos verla y lo haríamos en lo de Constanza pero la boba se olvidó de pagar el cable—me reí porque sabía lo común que era para Coti olvidarse de pagar absolutamente todo.

—Tal vez esto le sirva para no olvidarse más—dije sin empatía.

—Nosotros lo intentamos, eh—miré extrañada a mis amigas que se fueron al pasillo a cuchichear con los demás en la sala.

A los minutos sonó la puerta, iba a pegarle un grito a mis enfermeros pero oí como sin necesidad de uno fueron a abrir.

Esta era la última semana que iba a estar con la bota. Saltaría de felicidad pero Valen, Rafa y Luli, los que más me cuidaban, me matarían por hacer piruetas estando a tan poco tiempo de sacarme a mi fiel amiga.

Esta última semana mi pie necesitaba estar en el mayor reposo posible. No era reposo absoluto porque eso era imposible conmigo.

—¿Quién es?—grité. No hubo respuesta.