No puedo creer lo que están viendo mis ojos, anda ven aquí y dame un súper abrazo princesa. Te he extrañado con toda mi vida, fueron tantos años sin ti que no podía esperar a reencontrarnos una vez más. Me decía mi sapo preferido al borde de las lágrimas. Inmediatamente había soltado mi mochila y corrí a sus brazos.
Qué lindo estas, no puedo creer tenerte aquí de nuevo conmigo Trey, es que fueron tantos años, tantas cosas. Tanto todo. Era tan lindo que dolía, los años le habían sentado tan bien. Era demasiado atractivo para este mundo. Solo me salía acariciarle la mejilla, es que amaba a este hombre con todo mi ser, de lo mejor que recordaba en esta provincia.
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Que gusto que me hayas escrito para decirme que después de 10 largos años por fin te animabas a venir. Te quiero con toda mi alma Clarke y ahora voy a darte todos los abrazos que no pude en todo este tiempo. Estábamos felices de tenernos otra vez compartiendo el mismo tiempo y espacio.
Anda ven, que Chad nos está esperando en el auto y muere por verte. Me decía tomando del piso mi mochila, acomodándosela y dándome la mano para encaminarnos al estacionamiento en busca de mi primo.
¿Hace cuánto se mudaron a la capital?, es que no lo recuerdo bien. Le preguntaba a mi chico de cuento preferido.
Y hará cosa de unos 2 años y medio, con toda la furia. Fueron años de bateo tras bateo, hasta que por fin pudimos estabilizarnos, conseguimos nuestro condominio y adoptamos un gatito que le pusimos de nombre Hatch, lo amamos, tiene un mes viviendo con nosotros. Él siempre tenía una sonrisa plasmada, su positivismo muchas veces me había sacado del lado oscuro, fueron tantas veces que no me alcanzaban los dedos de la mano para contabilizarlos.
¿Ey como lo tenías guardado a lo de Hatch eh?. Le decía golpeando su brazo y estallando en una carcajada.
Van a compartir cama así que era mejor advertirte jajaja. Me devolvía el golpe entre risas. Era necesario el contacto, era un recordatorio constante de que estábamos respirando el mismo aire.
¿Y las cosas con el Tío Bill?. Le pregunte un tanto seria, era terreno delicado.
Sabes que tu tío aún no toma bien nuestra relación. No después de la forma en cómo se enteró, Chad no habla mucho de ello y sabes que desde que murió tu madre no volvimos a ver a Bill, el prefirió quedarse donde ustedes, olvidándose en el proceso de su hijo. Lo miraba con pena, sabía de primera mano todo lo que habían sufrido y como mi primo lo seguía pasando mal por la ausencia de su padre.
Bill Turco, era el único hermano de mi mamá, dos años menor que ella. Había quedado viudo cuando mi primo Chad tenía 4 años y él se había encargado de lleno de la crianza, era un papá súper presente y muy protector de su hijo. Mi tía Vera Rook, la cual recordaba con una sonrisa radiante, murió en un trágico accidente automovilístico, cuando yo tenía 6 años.
