Entre Nosotras: ¿aún hay algo de amor? (Clexa)

¿otra oportunidad?

Evento "ALPI", 7 de marzo de 2020, sábado por la mañana...

POV Clarke

"Gran Hotel Premier" – Salta, Argentina...

Abby se encontraba todavía tratando de conectarse con la realidad, estaba lo bastante somnolienta ya que el vuelo se había demorado, y nuestro aterrizaje había sido cerca de las 3 de la mañana. El horario de vuelo originalmente era a las 22, con llegada pasada la medianoche, pero había bastante neblina y no querían arriesgarse. Y a parte ella venía juntado bastante sueño, porque esta semana había comenzado el jardín de 4 y asistía junto con mi hermanito al colegio "Semillita" de 8 a 12hs, y Diana los buscaba y se iban directo a casa de mis padres hasta mi hora de salida, que por suerte me la habían modificado y salía dos horas antes de la habitual que era a las 17. Lo bueno de todo era poder compartir más vivencias y anécdotas.

Abby era una niña todoterreno y una líder natural, y su instinto la ayudaba a adaptarse a todo sin ningún problema. Su personalidad era arrolladora y no había conocido a ninguna persona que no me hablase maravillas de esta niña prodigio y de cada una de sus cualidades.

Me había costado un mundo que se durmiera al llegar a la habitación del hotel, que tenía una king size increíblemente cómoda y otra cama para una persona, durante el par de horas que habíamos pasado en el avión, no dejaba de sorprenderse con las vistas y jugábamos a "encontrarle formas a las nubes", la niña estaba que no caía en la realidad, su sonrisa abarcaba toda su cara sin ningún preámbulo. Era una muy buena compañera de viajes, por suerte lo había sorteado de muy buena manera y no veía la hora de volver a subirse a ese "gran monstruo espacial", como lo había denominado y juntar así más historias para poder relatarlas.

Cada día con mi hija era un nuevo aprendizaje, ella disfrutaba cada segundo del día, todavía podía presentir que el miedo de vez en cuando abrumaba sus pensamientos. Un par de días atrás había pedido una cita con su psicóloga, que la trataba dos veces a la semana y ella me ponía al tanto de las pocas cosas que podía compartir conmigo acerca de las sesiones privadas con la pequeña, lo que menos quería hacer era vulnerar su vida. Lo poco que pudimos conversar, me había remarcado que mi niña necesitaba mucho amor y contención, ya que los primeros años de vida en casos como el de ella, quedaban marcados para siempre y si era posible que de a poco los buenos recuerdos persistan más que los malos. Abby había carecido de amor durante mucho tiempo y a mí me sobraba amor para darle. También me había comentado que para la pequeña, yo era una mamá increíble y su súper heroína y no quería perderme, esa niña era la luz de mis ojos y bendita la hora que nuestros caminos se habían cruzado, yo nunca me había sentido tan feliz como cuando compartía miradas con este ser diminuto.

Y algo que me había llamado poderosamente la atención, fue cuando Niylah había sido nombrada en medio de la conversación. Abby no se fiaba de ella y la doctora Bárbara había sido contundente cuando me comento que la pequeña era muy intuitiva y no quería a Niylah alrededor. Cabe destacar que las pocas veces, que habrían sido unas cuatro con suerte que estuvimos compartiendo o pasando el rato las tres, Niy hacía de todo para llamar la atención de A, pero ella solo la rechazaba, y se volvía un tanto distante y retraída, por lo cual pedía permiso y se marchaba a hacer algo más interesante y productivo que escuchar el monologo de Niylah, no había feeling ni con mi niña ni conmigo.

Antes de viajar me había hecho prometerle que solo seriamos ella y yo y ninguna otra persona y obviamente que iba a ser así, necesitábamos este tiempo juntas. Abby ni siquiera había planteado la opción de que dejara de "frecuentar" a Niylah pero sinceramente era lo que más quería hacer y la operación: "evitarla", estaba en marcha. Ella había demostrado ser un tanto posesiva y no me gustaba en lo absoluto.