Estuviste increíble mi pequeña Aly, cada día que pasa vas avanzando a pasos agigantados. Choque de puño mi niña!!. Le decía a mi paciente preferida, mientras hacíamos nuestro saludo personal.
Gragracias a ti Less. Me respondía Alyssa, mientras la ayudaba a sentarse en su silla de ruedas.
(Alyssa Hunt, mi paciente de 6 años, había sufrido una caída gravísima a sus 4 años de edad. Por querer alcanzar la hoja de un árbol que tenía muy cerca de la ventana de su habitación, no había medido cuan peligroso podría resultar, y todo su cuerpo se había vencido y termino en una caída fatal de tres pisos. Tuvo múltiples fracturas y una contusión cerebral, dos meses en terapia intensiva y ni bien había recobrado el conocimiento habían comenzado todas sus pruebas y chequeos médicos necesarios, que derivaron en dificultades para el habla y un trastorno severo en sus extremidades inferiores, que gracias a toda su fuerza y voluntad cada día podía llegar a dar un paso sin mi ayuda y ni hablemos del progreso en su lenguaje, era tan notorio que cuando había podido llamarme por mi nombre la primera vez había llorado de la emoción. Ella era una guerrera y a pesar de haber sido sometida a innumerables operaciones, jamás había perdido la sonrisa. Amaba con locura a esta pequeñaja. Siempre poniendo mucho empeño para sobresalir en cada rutina de su rehabilitación. Su madre Amelié Hunt, visitaba las instalaciones del hospital religiosamente, 3 veces a la semana que le tocaban las sesiones a su pequeña hija).
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Ahora que estás lista, vamos a buscar a la fono más simpática de todo el condado jajaja. Ambas nos reíamos a carcajadas mientras avanzábamos por el pasillo hacia el consultorio de mi colega Hannah Green.
Dos golpecitos en la puerta y una sonriente pelinegra nos daba la bienvenida, Hannah era una gran mujer y siempre bien predispuesta. Amaba a los niños como si todos sus pacientes fueran sus hijos, desgraciadamente ella no podía concebir y se aferraba a aún más a cada sesión con los pequeños, daba lo mejor de sí para poder ayudarlos y con Aly estaba logrando un trabajo impresionante, la mejoría en el habla se notaba a kilómetros:
Oh pero que belleza tengo ante mis ojos, que linda mi niña. Le decía muy alegremente, mientras me guiñaba un ojo y me saludaba también.
Te dejo en muy buenas manos cariño, nos vemos el lunes. Te cuidas muchísimo y le haces caso a tu mami, te quiero tesoro.Adiós Hann nos vemos y dale mis recuerdos a Arthur. Las salude a ambas con un beso en sus mejillas y me fui directo a hablar con mi secretaria.
Kyle, ¿hay novedades de Rex?. Le preguntaba por mi siguiente paciente, un niño muy encantador pero a su vez muy temeroso, estaba con una complicación motriz, más bien una gran dificultad en la coordinación de sus movimientos y su avance era muy lento pero seguro.
