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CAMINATAS

Su corazón estaba a mil y ya no podía seguir. Detuvo su corrida para recuperar el aire y llamar la atención de sus dos compañeros.

– ¡Me rindo! – grito – ¡Tae! ¡Ning Ning!

Los dos menores solo detuvieron su corrida para ver a la japonesa que estaba recuperando el aire.

– Ya no doy más – murmuró cansada.

– No seas exagerada Yena – hablo Taehyun – Solo llevamos corriendo 3 horas...

– ¡No has tenido corriendo por 3 horas seguidas! – le reclamo el maknae – Necesito agua.

– Se acabo hace una hora – murmuro Yena que cayó al suelo y mostro su botellón de agua vacía.

Taehyun había convencido, "Obligado", a sus dos compañeros de la maknae line, para que lo acompañara a correr. Ellos habían aceptado porque Taehyun les había prometido comprar Ramen. Yena no era una persona que hacia ejercicio, ella perdía su peso, mediante las clases de baile. Una vez fue al gimnasio de la agencia con Taehyun y Yeonjun, y no duro media hora, para tirar la toalla.

– Vi una tienda conveniencia a unos metros – informo el maknae.

– Vamos... ¿Que?

– ¡Cárgame! – Yena extendía sus brazos al menor – Mis piernas ya no dan.

Rodo los ojos para dejar que la japonesa subiera a su espalda. Fueron quince minutos de caminata donde Yena señalaba objetos al azar y ellos tenían que responder con el nombre en japonés. Ella los estaba haciendo practicar porque en unas horas los chicos tendrían clases de japonés y ella clases de chino.

Cuando llegaron a la tienda de conveniencia, Huening Kai solo se apresuró a ocupar una mesa y Taehyun solo despertó a Yena que se había quedado dormida.

– ¿Quién comprara las botellas de agua? – pregunto Taehyun.

– Noona, mis piernas no dan más – el maknae golpeo su cabeza con la mesa.

– Mis piernas se van a romper – exagero Yena – Se un buen personal trainer y compra dos botellas de agua.

Taehyun solo tomo la billetera de Yena para comprar las botellas de agua para sus compañeros. Huening Kai solo se dirigió al baño para mojar su rostro y dejaron a Yena recuperar el aliento en la mesa. Le parecía absurdo haber venido, el coreógrafo de la agencia le había pedido que recuperara el peso que estaba perdiendo y termino corriendo por tres horas.

– Me deshidrato – murmuro al sentir como alguien se sentaba en la mesa que estaba usando – Dame mi botella de agua... ¿Tae?

Levanto la cabeza para ver a dos chicas, una era rubia ceniza y la otra era castaña. Ambas la miraban con asombro. Nunca había visto a esas personas y no sabía quiénes eran.

– Es un honor conocerla, Yena-sama – hablo la chica castaña que se bajaba el cubrebocas. Lo que le llamo la atención, era que se habían dirigido a ella en japonés.

– Creí que jamás la llegaría a conocer, Hirokawa-sama – la otra chica al bajarse la mascarilla dejo ver una sonrisa.

– Lo siento mucho, chicas – busco con la mirada a sus compañeros y no estaban ninguno – Tengo prohibido tomarme fotos sin la autorización de mi manager o la agencia.

– No queremos una foto Yena-sama – ambas sonrieron.

A Yena le rodaron varias preguntas por la cabeza. ¿Cómo la llegaron a reconocer? Traía puesto una de las sudaderas de Soobin, le habían obligado a usar peluca negra que estaba pegado al beanie gris y una mascarilla blanca. Además, ellas le habían seguido, desde que llego a la tienda de conveniencia.