VACUNA

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– Quien atrape a Yena, le daré la tarde libre – les dijo el mánager a los cinco chicos – Y un cupón de descuento de comida.

Los cinco no perdieron el tiempo para coger un Walkie-Talkie y comenzar a subir al edificio. Era como si estuvieran grabando  un capitulo de ToDo, pero no. El objetivo era encontrar a Yena para subirla a una de las camionetas. El ganador se llevaría la tarde libre y el cupo de descuento.

Por otro lado estaba la japonesa, escondida en la sala de practica junto a Yoojeong, una instructora de baile. Sabía a dónde la iban a llevar y no quería ir, la última vez que fue regresó con malestar en el cuerpo y dolor de cabeza, se sintió mal dos días. Si se escondía, tal vez perdería su turno y la tendrían que reprogramar para la otra semana.

– ¿No tienes ensayo? – le pregunto Yoojeong que se acaba de teñir a rosado. Yena solo negó para jugar con su cubo de rubik – ¿Te dieron la mañana libre? – asintió – Yena...

– Lo juro, me dieron la mañana libre – mintió ella – Puedes llamar a alguno de mis mánager.

Yoojeong hizo caso a lo que Yena le dijo. Se dirigió al escritorio donde estaba su celular y procedió a buscar el contacto del mánager principal. Yena por otro lado, estaba buscando la forma de salir de la sala de ensayo y esconderse en otro lado. No quería ir a ese lugar.

Gritó del miedo al ver como Yeonjun y Taehyun corrían por los pasillos para alcanzarla. ¿Tan rápido la habían ubicado? Solo corrió lo más rápido a las escaleras de emergencia, pero Soobin salió por otra puerta. Esquivó con agilidad a sus tres compañeros, para seguir escapando. Abrió la puerta de emergencia para comenzar a bajar a los pisos inferiores, pero se arrepintió cuando vio a Beomgyu al final de las escaleras.

– ¡Noooo! – grito molesta – ¡Suéltame!

– ¡Necesito ayuda! – grito el pelinegro.

Yena se movía como un gusano para que no amarran sus piernas y manos, logro ver como el maknae aparecía por las escaleras con una mordaza de color negro. Los iba a matar a los cinco, cuando la liberaran.

Quienes los vieron, dijeron que la habían secuestrado. Sus brazos y piernas estaban sujetados por cinta, una mordaza en la boca y para exagerar le colocaron un bolsa de tela en la cabeza. El personal de staff de la agencia y algunos artistas los miraban preocupados, porque el rubio la cargaba como un costal de papas y la japonesa golpeaba su espalda, pidiendo su liberación.

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– Me va a doler

– Solo un poco, después te acostumbrado

– Esa cosa es muy grande

– Es  tamaño normal, no te muevas, si no va a doler...

Asintió para morder sus labios. Vio como aquella persona se acercaba más y no se resistió.

– ¿Qué tal si me lastima o esa cosa se queda adentro?

– no va a pasar

– ¿Qué tal si pasa? Me dolió mucho, la última vez me dejó un dolor de dos días.

– Hirokawa Yena – regaño

– Me da miedo que la meta.

Se alejó un poco impidiendo que esa persona se acercara.

– Solo sentirás un pequeño dolor.

– Nooooo

– ¡Ahora! ¡No te muevas!

– ¡Nooo!

– Hirokawa Yena, ahora.

– Es que está muy fría – murmuró en llanto.

– ¡Por eso! Se va a calentar más.

– No quiero que se caliente más

– Pues voy a meterla ya.

– No, mejor que n...

– Yena me voy a enfadar contigo – hablo el mánager – llevamos media hora con esta discusión.

– Pero es...

– Enfermera, vacunela de la una vez – renegó el mánager que frotaba su frente.

Yena solo mordió la mordaza para cerrar sus ojos asustada. Odiaba las inyecciones, odiaba los hospitales y sus absurdos chequeos médicos. No podía protestar, porque desde que llegaron, nadie se había dignado en sacar la cinta en sus brazos y piernas. Desde ahí podía ver como sus cinco compañeros se estaban divirtiendo.

Una vez que la enfermera colocó el pedazo de algodón, donde la aguja había estado. Yena tenía unas cuantas lágrimas que salían de sus ojos.

– Haces un drama por nada – le dijo Taehyun.

– No eres la única que fue vacunada – el líder señaló su hombro.

– Listo – la enfermera aseguró el algodón con un esparadrapo y bajo la manga de la blusa de Yena – Tiene sus dosis completa, señorita Hirokawa.

– Gracias enferma Nae – agradeció Yeonjun.

– Beomgyu y Huening Kai, desaten a Yena y vámonos.

– Si, hyung – ambos jóvenes solo se acercaron a la japonesa para sacar la cinta.

– Noona te llevare en mi espalda – el maknae le sonrió.

– Te compraremos un bubble tea – su mejor amigo le tendió la mano para que se levantara de la silla.

Los odio a todos ustedes – respondió en japonés.

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¿Quien mas odia las inyecciones?

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¿Quien mas odia las inyecciones?

Ayer fui acompañar a mi primo a la vacunaton y habia una chica que estaba haciendo un alboroto y la aguja aun no la incaba.

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