Junta de hermanos ¿Que le paso a estos dos?

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Luego de terminar de lavarme la cara decidí vestirme, ya que si intentaba dormir nuevamente de seguro me rayan de nuevo la cara. Me coloque lo primero que había en el mueble del camerino, unas calzas negras y una polera blanca con flores negras.
Cuando ya estaba lista me dirijí nuevamente a la habitación, y al entrar me encontré con todos durmiendo de lo más bien. Que ganas me dan de despertarlos  a todos. Pero pobres, no han dormido nada para no terminar rayados como yo, y yo e dormido mucho, claro que pagando un precio, tener un sueño raro, donde crees que te besan el rostro,  pero en realidad te están haciendo muchas rayas mientras tu duermes.
Me acuesto junto a una de mis amigas, sin importarme el hecho de que ya estoy vestida. Si, voy a dormir un rato mas, son como las 8:30 am. y yo no e cumplido mis ocho horas sagradas de sueño, así que no me vendría mal dormir otro rato. Me acomodo, cierro los ojos y me vuelvo a dormir sin ningún problema. 

Cuando por fin desperté eran las 10:47 am. para ser exactos, y yo era la única que ya había despertado, todos seguían durmiendo plácidamente, me levante haciendo todo el ruido posible y salí de la habitación. Es que quería que alguno de ellos despertara, pero siguieron durmiendo al parecer muy profundo. Entre a la cocina, disidida a preparar algo para desayunar a mis invitados, ahí se encontraba Lola, tostando pan en la maquina y revolviendo la leche con café. 

-Hola, hermanita. Que raro que despiertes tan temprano-me saluda algo molesta. 

-Si estas enojada por que no te incluí en mi pijamada, tengo una buena escusa...

-Dímela entonces. 

-Nunca te acercaste a mi para decirme que querías asistir-digo al mismo tiempo que levanto los hombros. 

-Tienes razón, pero es que me siento algo celosa de tu nueva amiga, estas todo el día con ella y nosotras dos cada vez nos distanciamos mas. Mi orgullo no me permitió preguntarte si podía asistir, lo siento, pero es que hasta te fuiste de la habitación que compartíamos para estar con esa tal Natacha. 

-No la trates mal, ella no tiene la culpa de que yo haya decidido irme de la habitación que compartíamos, la culpa la tiene Creik, es él quien se comporto mal conmigo, provocando que yo me fuera. 

-Y que te izo ese cabro chico-dice algo molesta, pero aun con cariño hacia Creik. 

-Me dijo que...-me quede callada, no quería contarle, me sentía triste al recordar eso. 

-Vamos, dime ¿Que te dijo? 

-Nada...olvídalo. 

-Para que estés así tiene que a ver sido algo importante, ¿Tine que ver con Felipe?-me pregunto. Si, tiene que ver con él...¿Por que mi hermana tenia que ser una maldita adivina? ¿!Por que¡? 

-Si- dije tan bajo que apenas lo alcanzó a oír. 

-¿Y que te dijo sobre él? 

-Me dijo que...era malo...que se estaba aprovechando de mi...que solo quería el dinero de la herencia-dije mientras miraba el piso, pero luego levante bruscamente la cabeza para continuar- Pero yo se que eso es mentira, ese día que vinimos a vivir aquí me lo contó todo, yo se porque recibió esa herencia...yo lo se.-grite, me encontraba furiosa con todo el mundo, principalmente con Creik, que era el culpable de que estuviera así. 

-Yo también lo se.-me dice muy seria para ser verdad. 

La mire sorprendida ¿Que era lo que ella sabia?-¿Que sabes?- pregunte intrigada. 

-Supongo que lo mismo que tu ¿Tu que sabes?  

-¿Y si lo decimos al mismo tiempo? 

-Bueno... a las una... 

La Isla Del Escualo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora