De eso depende tu vida.

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-Te he traído un ibuprofeno.-me lo tiende junto a un vaso de agua-¿te duele mucho la cabeza? 

-Si-hago un gesto de dolor, tomo la píldora, la llevo a mi boca, tomo un sorbo de agua y me la trago. 

-¿Como puedes tragarte una píldora con tanta facilidad?-yo sigo recostada, me siento muy mal. 

-Es fácil, ademas estoy acostumbrada, desde pequeña sufrí de muchas enfermedades.-me mira sorprendido. Creo que yo no sé muchas cosas sobre él y él no sabe muchas cosas sobre mi. 

-¿Eran enfermedades grabes?-parece preocupado. 

-No-me limito a decir, el dolor de cabeza es insoportable, siento que cada sonido retumba en mi cabeza. -eran simples gripes y cosas así. 

-Eso lo recuerdo, cuando eras mas pequeña siempre se te andaban cayendo los mocos-se le escapa su melodiosa risa mientras se burla de mi, pero en mi cabeza la siento retumbar y me quejo. -¿Tanto te duele la cabeza? 

-Si, no lo soporto. 

-¿Quieres que te lleve a urgencias? 

-No-niego-siempre que voy me colocan inyecciones. Las odio. 

-¿Así que le tienes miedo a las agujas?-sonríe burlón. 

-¿Así que no eres capaz de tragarte una píldora?-contraataco. 

Me mira mal, se pone de pie y desaparece de la habitación. El cuerpo me duele mucho, mi cabeza me bombea y no recuerdo muy bien la que hice ayer. Me acomodo nuevamente en la cama. 

Felipe aparece nuevamente en la habitación con una bandeja de lo que parece el desayuno. 

-¿Que paso ayer?-pregunto temiendo de la respuesta. 

-Pues perdiste una de las cosas que habías conservado hasta ahora-me aterro, sera que habla de mi virginidad-perdiste la conciencia de tus actos.-me alivio.  

-¿Qué hice? 

-Pues te subiste sobre la barra, comenzaste a bailar y tuve que bajarte a la fuerza. Bebiste tanto que te tuve que acompañar al baño de mujeres para que vomitaras todo el alcohol que habías ingerido. Me rogaste que te besara muchas beses, e incluso te tuve que detener, estuvimos a punto de bueno, ya sabes. ¿Enserio no recuerdas nada?-las imágenes acuden a mi con la velocidad de un rayo y me avergüenzo. 

-Realmente lo siento...yo no quería-estoy roja-lo acabo de recordar y bueno...yo...no sé que decir.  

-No es para tanto, al fin y al cabo solo nos besamos.-se encoje de hombros. 

-No fue solo eso, yo me quite el vestido y te acaricie-la vergüenza me consume ¿Como pude hacer algo tan estúpido?¿Qué pensara ahora de mi? 

-Pero no es algo que las parejas normales no hagan.-me pasa la bandeja, yo la dejo a un lado, no tengo hambre. 

-Ese es el problema, no sé si esta relación la podemos considerar normal-eso me entristece, miro mis manos. 

-¿Y?-toma de mi barbilla levantando mi rostro para que lo observe-eso la hace mas especial ¿Cierto? 

-Tienes razón-le sonrió. 

-Ahora come, lo necesitas, no has comido nada desde el almuerzo de ayer.-vuelve a dejar la bandeja en mis manos. 

-Pero no tengo hambre, ademas me duele el estomago y no quiero volver a vomitar.-me niego a comer. 

-Mínimo deberías hidratarte, el alcohol causa deshidratación. 

-¿Como sabes eso?-pregunto tomando el vaso de agua que ha dejado en la bandeja. 

-Primero, tengo mas experiencias con la resaca. Segundo, estudio medicina.-lo miro incrédula. 

La Isla Del Escualo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora