Ultimo y primer día, si amas algo déjalo ir.

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-Despierta - escuche susurrar en mi oído.

Hoy es el día el cual vuelvo a entrar al liceo, ya pasaron cuatro dias desde que a mi hermana y a mi mejor amiga se les ocurrio meterne en un armario junto con Felipe, así que es mi primer día en segundo medio.

Quizá este año sea distinto a los demás, o quizá sea igual de aburrido. Nunca me a gustado mucho estudiar en mi casa, o hacer las tareas, o trabajar en clase, o tomar atención en algunas materias, pero igual lo hago, porque de eso depende mi futuro, de eso depende que yo pueda estudiar en la Universidad y sea profesional, de eso depende que pueda mantener a una familia, de eso depende que le pueda dar todo lo que neseciten mis futuros hijos (si es que tengo).

Acabo de salir de los camarines, ya que en esta casa prácticamente improvisada sólo cuenta con duchas y yacusi en estos. Tengo una toalla en el cabello y otra enrollada en el cuerpo. Iva a girar la manilla de la puerta de la habitación para entrar cuando escucho la voz de Felipe hablando con mi hermano.

-Lo siento pero voy a tener que dejar de trabajar aquí, mañana tengo que entrar al liceo y mi madre no me permitió trabajar mientras estudio aunque sea por medio tiempo, de verdad lo siento, realmente me divertí mucho con ustedes me hicieron pasar un verano inolvidable. Hoy es el ultimo día que trabajare en la isla del escualo.

- Te comprendo y acepto que dejes de trabajar, pero conozco a alguien a quien no le va a gustar mucho la idea, le vas a tener que explicar y despedir de ella - dijo Creik con un tono muy contento para ser verdad.

De repente sentí que los pasos del joven que no paraba de hipnotizarme con su mirada, se acercaban a la puerta. Corrí hasta los camarines y me metí dentro para que no me viera en esas condiciones. Estaba atrasada para el primer día de clases, pero a la vez deseaba quedarme más tiempo en la isla, ese día quería faltar, quería quedarme junto con él. No podía ser, era el último día que lo vería, le perdería la pista de nuevo, igual que años atrás, nunca más lo volvería a ver. De repente sentí una lágrima deslizándose por mi mejilla y una tristeza que me quitaba el aire de solo pensar en esa posibilidad.

Me asome para ver si ya se había ido a limpiar las piscinas, al no verlo decidí salir y entre a mi habitación. Ahí se encontraba Creik tarareando una canción de lo más feliz, me lo quede mirando extrañada y él se ruborizó y salió corriendo hacia la puerta para luego salir. Aun se seguía comportándose algo extraño, todavía no superaba lo del accidente, pero estaba mucho mejor que antes, quizá por eso actuó así, o quizá porque me vio en esas condiciones. Es verdad que no estábamos acostumbrados a vernos así, cada uno tenía su propio baño, por esta razón esas cosas no pasaban, pero no era como para que se colocará tan nervioso, somos hermanos, y él aun era muy pequeño como para sentir vergüenza por esas razones.

Lo que me extraño fue que se encontrara tan feliz con la renuncia de Felipe.

Me coloque el uniforme, si, iba con uniforme, por más que lo deseara no podía asistir con ropa normal, no, todos los días tenía que ir con la misma horrible polera y estúpida falda.

Me subí a la lancha, ya eran las siete y media, tenia media hora para llegar, ya que entraba a las ocho. Me demoraba quince minutos en la lancha y veinte en auto. Jamás llegaría a la hora.

Nicolás iba conduciendo la lancha, se fijo en la hora y aceleró, sabía que la idea era llegar a la hora. Yo ya había atrasado a mis hermanos, por suerte todos asistíamos al mismo establecimiento, con la diferencia de que yo y Lola íbamos al liceo y Creik a la básica.

Yo iba algo distraída, lo único que deseaba era estar junto a él, pero sabía que no lo lograría, que me colocaría nerviosa como siempre. Mire en dirección a la isla, el sol estaba recién saliendo, eso me recordó aquel día en la playa junto con él, cuando vimos el atardecer, donde él me contó la verdad oculta y asquerosa de mi padre. De ese día que intente borrar, debido a aquel secreto, cosa que no logre por culpa de ese recuerdo que me asía feliz, esa tarde junto a él jugando en la playa, y ese momento cuando compartimos el mismo sentimiento, tristeza, desilusión, asco, porque sentimos asco por lo que las personas que se hacían llamar nuestros padres hicieran algo tan sucio, mintiendo a medio mundo y traicionando al resto. Durante todo ese tiempo que intente borrar aquella historia recordando solo la felicidad de aquel momento, cayé, no dije nada, no conté lo sucedido, de lo que me había enterado, omití esa parte a toda persona que se encontrara a mi alrededor.

La Isla Del Escualo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora