La Isla Del Escualo [EDITANDO]

Respuestas y más respuestas

Cuando desperté fue solo por que escuche una voz muy dulce junto a mí y un olor a comida que hacía que mi estómago crujiera de hambre.

-Despierta- dijo esa voz susurrando en mi oído.

Abrí un ojo, ya sabía quién era la persona que me despertaba de mi profundo sueño, al mirar me di cuenta que estaba en mi habitación, junto a mi cama estaba él con mi mejor amiga con una bandeja con comida entre las manos.

-Despertaste al fin- dijo mi mejor amiga para continuar abriendo más los ojos- "alguien" te tuvo que traer en brazo-continuo guiñándome un ojo.

-Gracias- le dije con la voz tiritando, algo avergonzada, no era la primera vez que me llevaba en brazos.

-De nada- dijo él pasándome la bandeja para que comiera.

En ese momento quise hacerle todas las preguntas, las cuales me estaban matando de curiosidad, pero ¿Si no soportaba estar cerca de él, como iba a soportar hablarle y hacerle preguntas?-pensé, suspire para luego mirarlo pero en el lapso que pensaba él ya había desaparecido.

Luego de comer me levante, y la Camila se fue a su casa, así que tome un largo baño en el yacusi pensando en una idea que me permitiera hacerle todas las preguntas que no salían de mi mente.

Cuando me estaba terminando de vestir se me "prendió la ampolleta". Claro, necesitaba a un niño pequeño y inocente, Creik era perfecto, solo tenía diez años, y era muy inteligente para su edad, yo nunca fui capaz, ni siquiera en kínder pude tener un promedio siete, y mi hermano, al cual le había tomado mucho cariño ese día en la piscina, tenía ese promedio a pesar de ir en cuarto básico. Realmente era inteligente.

Salí de mi habitación corriendo, me dirigí a la suya, toque la puerta pero antes de escuchar la respuesta la abrí, su habitación no estaba tan desordenada como la primera vez que entre, los dibujos estaban en una pila muy grande encima del escritorio. Mi hermano estaba ordenando todo con una cara muy triste por todo lo que había pasado durante el día.

-Yo no te deje entrar-dijo muy relajado como si un segundo después que yo golpeara su puerta, no alcanzo a decir "pase", porque yo entre más rápido.

-Es que necesito pedirte algo urgente-dije algo avergonzada por entrar sin permiso.

-Supuse que era algo urgente-lo escuche decir como si supiera que yo necesitaba que le hiciera unas preguntas al Felipe.

-Bueno entonces tienes tiempo de hablar?-pregunte esperando que su respuesta fuera positiva.

-Sí, y creo que el favor que quieres que te haga también lo realizare, no te preocupes para eso están los hermanos.

Como un niño de diez años se había dado cuenta que necesitaba un favor de él?-me pregunte. De repente su inteligencia llegaba a ser sobrenatural.

-Entonces siéntate y dime-dijo.

Me senté y comencé- necesito que tú le hagas unas preguntas a...-no termine la frase, porque él me interrumpió.

-Ya sé a quién te refieres, los vi sin querer en la mañana cuando casi te besa-dijo.

-Como!-grite- por qué nos espiabas?-continúe muy enojada.

-Es que yo tenía que salir de ahí, de la misa, porque no podía parar de llorar-dijo algo nervioso, para luego continuar-bueno y los vi.

-Por favor no le cuentes a nadie, fue muy vergonzoso-dije con tono de súplica, tapándome la cara muy avergonzada.

-No te preocupes, no diré nada-hablo con un tono que me hizo confiar en él-y que preguntas necesitas que le haga?-lo escuche decir, para después retirar mis manos de la cara mirándolo sorprendida.