La Isla Del Escualo [EDITANDO]

Mirada perdida.

Los minutos son interminables, uno tras otro trascurren como si de horas se trataban, y yo, aquí, intento con la mirada cada vez mas perdida en el mar, divisar, lo que hasta ahora a sido una espera interminable de un rescate. Ni el sonido del motor de un bote o de una lancha se sienten; solo silencio y el chapoteo del agua, cada vez mas fuertes penetran mis oídos intentando terminar con lo que queda de mi cordura. 

Alucino de repente, no sé cuantas veces me ha pasado ya en todo este rato que llevo aquí sentada, solo sé que veo a Felipe bajando de un bote, corriendo hacia mi, y no sé si es real o pura fantasía. En mis alucinaciones cada vez se acerca mas, pero luego se desvanece, se mezcla entre el mar y la arena desapareciendo por completo. Felipe se acerca mas, aun permanece hay , aunque quizá pronto  se esfume. Esta corriendo, moviendo los labios como si gritara algo con desesperación; esta mas cerca de lo normal, siento su tacto tibio, me toma en brazos y sigue moviendo sus labios, no puedo oírlo ¿Qué intenta decirme? Intento tomar atención en sus palabras, son tan distantes que me parecen imperceptibles bajo el ruido del tenebroso chapoteo. 

Siento su mano en mi cabeza y luego mi cabeza presionada contra su pecho, unos labios rozan mi cabeza y por un segundo todo me parece real. Siento su tacto, su tibio tacto, pero algo me dice que mientras no hoya su voz esto sigue siendo una alucinación. Me mantengo en silencio mientras unas lagrimas caen por sus mejillas. En mis alucinaciones ¿Felipe también lloraba? Estoy casi segura que si. ¿Me cargaba en sus brazos? No lo sé, todo es muy confuso. ¿Antes, podía oír su voz? Si la oía, estoy segura ¿Y por qué ahora no la oigo?¿No será que el verdadero Felipe me ha dejado abandonada aquí y él es solo una piadosa mentira de mi subconsciente para mantenerme cuerda? 

Felipe, o el sustituto que mi mente ha creado, camina, y luego me deposita en unas manos frías, en un rostro desconocido, y siento la necesidad de sacudirme, de salir de esos brazos que con delicadeza misteriosa intentan cubrirme con lo que parece un pedazo de tela o quizá una manta, demasiado áspera para mi gusto, pero mi cuerpo no responde y me desespero, intento gritar, mi garganta no sirve, es como si se hubiese cerrado, llevándose con ello mi voz y capacidad para respirar con normalidad. 

Las manos frías me suben a una lancha que lleva las iniciales de la FBI y me recuestan en el frió del suelo sin consideración alguna. Una mujer se acerca con una linterna en sus manos y enfoca mis ojos como para torturarme, como si supiera que no soy capaz de cerrarlos por mas así que lo quiera. El hombre de manos frías levanta la mochila negra que llevaba. Esta mojada y llena de arena y solo cuando él lleva la mano al cierre de esta me permito reaccionar y decir algo, no sé lo que fue, no fui capaz de escucharme, porque aun el chapoteo del agua inunda mis oídos, pero fue suficiente como para que él hombre dejara en mis manos la mochila y su contenido tan importante. La carta de Creik. 

Felipe aparece nuevamente frente a mi, pero esta vez su mirada me parece mas perdida, mas distante, sus ojos mas vidriosos y con un leve temblor en su mano o por lo menos en la que puedo ver. Él intercambia algunas palabras con la mujer de la linterna, no puedo escuchar lo que dicen, aunque sé que ella intenta explicarle algo, lo noto en su semblante serio, su movimiento de manos y su ceño ligeramente fruncido. Ella dice algo, algo importante, porque Felipe, ya sea el real o el imaginario, aun no estoy segura, lleva su mano a la cabeza y luego se deja caer frente a mi, toma mi mano, puedo sentirla, ahora es fría, y luego la besa, su beso es frió. No es él.  

El hombre de manos frías se le acerca y le susurra algo al oído. Felipe asiente y vuelve a ponerse de pie. El hombre lo aparta de mi y comienza una conversación con él. Felipe se ve afectado. Es tan real, pero no puedo fiarme de mi mente, porque cada vez que cierro los ojos puedo ver nuevamente el agua color carmín, los restos de una persona y ese animal que yo años atrás compare conmigo.