Primera vez.

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Llevo dos horas despierta, aun es temprano, deben ser como las siete de la mañana. Lo observo dormir, se ve tan tierno, tan apacible, está tan lejos y tan cerca a la vez. Si yo quisiera, lo podría tocar, solo necesito estirar un poco mi mano para alcanzar su rostro, pero sé que no debo hacerlo, sé que si lo hago perderé esta hermosa vista, sé que él se transformara en el chico burlón de siempre, sé que dejara de verse tan indefenso, tan protegible y sé, además, que se enojara si lo despierto. 

Está tapado hasta el cuello con la ropa de cama, pero debajo de esta se esconde su torso desnudo y sus pantalones grises de gimnasia. Tiene el pelo revuelto y agarra una de las almohadas con fuerza igual que lo hago yo en este momento. Puedo ver una sola parte de su rostro, su nariz perfilada, su sonrisa, sus labios, uno de sus ojos cerrados, las grandes pestañas de este y su piel perfectamente lisa. Podría observarlo por horas, ya llevaba dos, y pretendía esperar hasta que él despertara de su sueño. 

Alargue inconscientemente mi mano para tocar su rostro, sabia que no debía hacerlo, pero no aguantaba más la tentación de tenerlo tan cerca y no poder tocarlo. Antes de que uno de mis dedos rosara su rostro, su mano me detuvo y tiro de mi haciéndome caer en el colchón. Solté un pequeño grito por la sorpresa y caí entre sus fuertes brazos. 

-Sabes-susurro a mi oído con la voz ronca por el sueño-llevas dos horas observándome y eso no me ha dejado dormir.-me sonrojo, pero él no lo nota. Tiene los ojos cerrados, yo estoy de espalda a él; me abraza por la cintura y huele mi cabello enmarañado.-duerme.Llevas desde las cinco de la madrugada despierta, has dormido como cinco horas. 

-¿Cómo sabes que llevo desde las cinco despierta?-no lo miro. No puedo girarme, me tiene acorralada con sus brazos. 

-Tengo el celular bajo de la almohada-lo saca y lo coloca frente a mi rostro. Lo prende,  de fondo de pantalla tiene una foto de su equipo de fútbol favorito, y la hora indica las siete cuarenta y tres de la mañana-duerme, yo también tengo sueño, y si tu no duermes, yo tampoco lo haré. 

Me dejada de presionar fuertemente la cintura, relaja los brazos y yo aprovecho ese instante para girarme y quedar frente a él. Enrollo mis brazos en su cuello y escondo mi rostro en su torso desnudo, él no hace nada por detenerme, se queda inmóvil por la sorpresa pero luego vuelve a abrazarme por la cintura y apoya su barbilla sobre mi hombro; así me quedo hasta que vuelvo a conciliar el sueño durmiéndome por primera vez en la vida sobre los brazos de un hombre. 

Despierto con la luz del sol pegándome fuerte en la cara, alguien abrió las cortinas, abro los ojos lentamente para ver si él aun sigue a mi lado, pero ya no esta. Me levanto como zombi, chocando con todo. Voy a buscar mi ropa y luego me dirijo al baño para darme una ducha. Giro la perilla aun media adormilada; cuando la puerta esta totalmente abierta pego un pequeño grito y cierro de golpe. La vergüenza me consume en un gran nivel, así que voy al otro baño, al de la habitación de Camila, me encierro en él y permanezco ahí por mucho tiempo, tanto, que mis dedos se comienzan a arrugar con el agua, tanto que el agua caliente se enfría y me empiezo a congelar. 

Siento que golpean la puerta y quiero que la tierra me trague. 

-¿Estas bien?-pregunta Felipe desde el otro lado de la puerta-estoy preocupado, llevas mucho tiempo ahí adentro-sigue golpeando la puerta-contéstame, da signos vitales-intenta girar la perilla pero yo la he dejado con seguro-me estoy preocupando. Por favor sal de ahí. 

-No quiero-grito nerviosa y avergonzada. No lo puedo volver a mirar a la cara después de lo que paso. No lo soportaría. 

-¿Estas así por qué entraste al baño cuando yo estaba desnudo?-pregunta serio para mi sorpresa, realmente esperaba que se burlara de mi.-tranquila, a cualquiera le puede haber pasado, ademas estaba de espaldas, no viste tanto. 

La Isla Del Escualo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora