¿Fin?

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Dejó las cosas sobre la mesa. Camila aún no ha llegado, y en realidad no espero a que llegue sino hasta dentro de unas cuantas horas más, después de todo tampoco he tardado tanto en ir de compras. 

Comienzo a sacar las cosas de las bolsas y a guardarlas donde corresponde. Suspiro. Esperaba que el salir de ese hospital me alegrará, pero es el mismo encierro, la misma soledad, y el mismo sentimiento el que me carcome. 

Extraño a Felipe. 

Para cuando termino de guardar todo tomo el helado de chocolate que había dejado en el refrigerador para que no se derritiera, y tomó una cuchara para luego dirigirme a mi habitación. No tengo nada que hacer. 

Comienzo a comer helado mientras reviso mi celular y busco alguna serie que me pueda distraer un poco. Extrañaba tener el celular a mi completa disposición; en el hospital no me dejaban ni tocarlo.   

Es curioso como una serie logra sacarte de la realidad y distraerte. Es entretenido el solo concentrarse en personajes ficticios y sus problemas y no en las propios. Es divertido el simplemente estar ahí, sin más preocupaciones que comer helado y preguntarse si me hara engordar este exceso de calorías y sedentarismo. 

Primero oscuridad, luego un rayo de luz en el camino, más tarde un susurro a lo lejos. 

-¿Quien esta ahí?-gritó, pero lo unico que puedo escuchar en forma de respuesta es mi propio eco. 

Un nuevo rayo de luz aparece, y es tan fuerte que me duelen los ojos de solo observarlo. De entre las sombras logró divisar a una persona y vuelvo a gritar. 

-¿Quien esta ahí?-nuevamente solo logro escuchar mi eco. 

Aquella figura humana que apenas podía divisar comienza a acercarse, y yo con temor comienzo a retroceder. Todo se ilumina cada vez más. Con cada paso de aquella persona todo se vuelve más nítido y claro, pero su rostro aun me parece borroso. 

Sigo retrocediendo cada vez con un tiempo más corto de diferencia entre cada paso. Siento miedo del rostro misterioso que me acecha, y con el pecho acelerado y las manos temblando terminó chocando con una dura muralla. Me veo sin salida y sin voz, porque intentó gritar para pedir ayuda, pero mi grito se ve sofocado por culpa de una garganta cerrada que se rehúsa a emitir algún sonido en un momento tan crítico como ese.  

Acorralada entre una negra muralla y un cuerpo desconocido comienso a derramar una tras otra mis lágrimas. Una suave caricia sobre mi mejilla hace que me estremezca, es como si me tocara el mismo hielo. El rostro desconocido no se vuelve más nítido al estar a solo centímetros del mío, y a pesar que cada vez está mas cerca, mas pegado a mi, sigue siendo una silueta borrosa. 

-Solo escucha. Quiero que recuerdes esto: "Llorando en tus brazos un 22 de abril."-susurra en mi oído y la voz me parece familiar, y la frase me retumba en la cabeza, y aquel cuerpo se aleja de mi. 

-¿Creik?-mi voz sofocada escapa de mi garganta, el rostro se vuelve inmaculado y lo veo a él, a Creik parado frente a mi. 

-Si, soy yo. 

Todo se ilumina y mis ojos se abren de golpe. 

-¿Qué ha pasado?-me pregunta Camila, que preocupada me observa sentada junto a mi en la cama. -estas sudando ¿Tuviste una pesadilla?  

-Llorando en tus brazos un 22 de abril-susurro ya que la frase no ha salido de mi mente. 

-¿Qué balbuceas? 

-Llorando en tus brazos un 22 de abril-digo mas alto para que logre escuchar

Doblo mis rodillas y las abrazo. El haberlo visto en mi sueño, el haber escuchado su voz es un renacimiento de aquel día, es el reencuentro con aquel espectro que ya no debería de rondar por aquí, que no debería de meterse en mi mente, y es que todo parece coincidir. 

La Isla Del Escualo [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora