Estaba concentrada en su risa, sus labios y su voz que escuchaba a la distancia; lo observaba de lejos, intentando descifrar cada una de las palabras con las que coqueteaba con una chica de mi universidad. Él tenia un vaso en la mano, con lo que parecía ser ron, mientras que yo tomaba una coca-cola con hielo; sentada a un par de metros de él, sobre un pequeño sofá del libing del departamento, sola, sin nadie a mi lado, pero así lo prefería, prefería que me dejaran sola con mis pensamientos y mis ganas de correr hacia él para apartar a esa chica de escote pronunciado.
Sentí el timbre, habían llegado más invitados, esos que siempre llegan tarde, los que ni siquiera traen regalo y que solo se dedican a comer y beber. Al ver que nadie se dignaba a abrir la puerta, me puse de pie y camine hacia ella, mis pasos eran como los de un zombi, lentos y torpes. Me pare frente a la puerta, di un suspiro y puse mi mejor sonrisa para recibir a los nuevos, pero innecesarios invitados.
Tome el picaporte de la puerta y la abrí. Al otro lado de esta estaba la persona más inesperada que podría aparecer por aquí, incluso mas inesperada que Felipe. Mi rostro cambio rápidamente de una sonrisa fingida a una expresión de sorpresa y me quede unos cuantos segundos sin articular palabra. Era realmente raro que se apareciera por mi departamento, no lo veía en meses, y aunque antes de mudarme lo veía diariamente hace mucho que no hablaba con él. Parecía que el odio era mutuo, pero para ser sincera fue él quien empezó a odiarme, a ignorarme y a dejar de dirigirme la palabra.
-Hola.-dije con confusión. Me parecía tan extraño verlo después de meses, estaba mas alto, y parecía mas maduro. Ya tiene quince, pero sigue siendo mi hermano pequeño. Con él que compartí pocos momentos buenos y muchos malos.
-Hola-su voz era fría, pero no tanto como otras veces, aunque esas hayan sido hace ya mucho tiempo.
-¿Qué haces aquí?-intente sonar lo mas tierna y apacible para que no sintiera que quería que se marchara, aunque una diminuta parte de mi así lo quisiera.
-¿A caso no puedo visitar a mi hermana en su cumpleaños?-su tono arrogante, su forma de pararse, sus gestos, me recordaban a alguien, se parecía a Javier; sé que se veían continuamente, Lola me lo a dicho, pero no pensé que mi estúpido hermano mayor lograra tener alguna influencia en él.
-Si puedes-le ofrecí una sonrisa y me gire para que me siguiera hacia adentro del departamento plagado de personas. Choque con algo, mas bien con alguien, un torso duro, pero que produjo una ligera descarga eléctrica en mi debilucho y pequeño cuerpo.
Mire hacia la persona que poseía ese musculo torso con el que había chocado. Quizá debí imaginar por la descarga eléctrica de quien se trataba, y si hubiese sido así, quizá no hubiese levantado la mirada al punto de conectar sus ojos con los míos. Felipe estaba frente a mi con el ceño ligeramente fruncido y con sus labios en una linea en vez de una hermosa sonrisa.
-¿Quien es él?-pronunciaron Creik y Felipe al mismo tiempo mientras se apuntaban mutuamente con el dedo indice.
-Soy Creik-se adelanto a contestar, estirando su mano derecha para estrecharla con la de Felipe.
-El novio de tu hermana-estrecho su mano y yo lo mire preocupada.
-No es verdad, no le hagas caso, esta jugando-intente defenderme en vano.
-A si que ¿novios?-bajo la mirada, mi hermano parecía desilusionado, pero luego me observo con el ceño fruncido, quizá demasiado furioso para mi gusto.
- Si, soy su novio-le mostró una sonrisa triunfante.
-Deja de decir eso- lo golpee en el hombro delicadamente.
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La Isla Del Escualo [EDITANDO]
Storie d'amoreSe conocían desde la infancia. Ella lo había amado desde que tenía memoria, pero él testarudo se negaba a corresponder sus sentimientos al punto de abandonarla por años. ¿Qué pasará cuando él vuelva a su vida?¿Se seguirá comportando tan arrogante co...