Prólogo

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Tweek Tweak

Odiaba a Craig Tucker, si debía decidir qué era lo que más odiaba de él, era su estúpida actitud sumisa, esa falsa sonrisa que le daba a cada persona que se le acercaba a hablarle pretendiendo que todo se encontraba bien, Tweek sabía que Craig era igual o más infeliz que él, pero sobre todo lo que más odiaba era que se trataba de su marido.

-Es por mi mamá- se decía así mismo a modo de consuelo, cada vez que acariciaba ese anillo que se encontraba sobre su dedo anular, el cual para él no significaba más que una cadena que lo mantenía atado a ese hombre.

Fue en el verano del año pasado cuando ocurrió lo que para el rubio fue una tragedia, tenía 22 años en ese momento, todo marchaba bien en su vida, era feliz estudiando actuación en la carrera de artes escénicas y estaba perdidamente enamorado de su novio Pete, el cual tenía el oficio de tatuador. Muchas personas lo juzgaban por su apariencia, pero lejos de ser alguien frío u hostil era una persona demasiado cálida y amorosa, juntos estaban pensando en llevar su relación a otro nivel mudándose juntos, o esos eran sus planes hasta que ese horrible suceso ocurrió.

El rubio regresó a su pueblito natal en esas vacaciones de verano para ver a sus padres, como lo había hecho cada verano desde que se fue del pequeño lugar que lo vio nacer a la ciudad a perseguir su sueño.

Normalmente hubiese sido una visita común y corriente, pero su papá le había insistido mucho para que fuera a verlo tan pronto como le fuera posible. Pasó primero el fin de semana en los brazos de su amado sin saber que después de eso se despedirían por un tiempo.

Al llegar al pueblo fue recibido por su padre, pero tan pronto vio su expresión seria supo que algo no andaba bien; Su papá era más bien una persona serena y siempre tenía esa sonrisa que te hacía pensar que todo estaba bien y la ausencia de la misma lo aterró, así que se atrevió a preguntar:

-¿Me vas a decir qué ocurre? -

-Tweek- Susurró su padre mientras se orillaba en la carretera, a unos kilómetros del cartel que decía bienvenido a South Park.

-Responde papá, me estás poniendo nervioso-

-Es tu mamá...- tragó un poco de saliva antes de continuar -ella tiene cáncer-

- ¿QUÉ? Ngh ¿Por qué nadie me lo dijo antes? - comenzó a temblar

-No... No queríamos preocuparte, pensábamos que todo estaría bien, no deseaba preocuparte hijo, pero las cosas no han marchado para nada bien- El adulto mencionó todo eso entre lágrimas y sollozos.

-...- Tweek no fue capaz de responder. Estresado, hizo algo que tenía demasiado tiempo sin hacer, tomó su cabello y lo jaló, llevándose pequeños mechones entre las manos.

-Hijo, tu madre y yo no queríamos que te enteraras de esto, pero... si te pedí que vinieras es porque necesito pedirte un favor- intentó hablar lo más sereno posible, a pesar de las lágrimas y su respiración agitada - Puedes negarte si quieres, pero primero quiero que me escuches-

Después de eso todo fue muy rápido, tan rápido que ni él fue capaz de procesar todos los cambios vividos.

Ese "favor" no fue otra cosa que su padre pidiéndole que desposara a su ahora marido, habían adquirido enormes deudas por intentar pagar el tratamiento, pero el dinero se agotaba, tenían pocas opciones. Entonces en lugar de traspasar la cafetería que había sido propiedad de ellos por generaciones, o pedirle a su hijo que abandonara la universidad y comenzara a trabajar, el señor Tweak tuvo otra idea, solo era cuestión de que su hijo aceptara y éste lo hizo.

Amor accidentadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora