Los días pasaban, y podía observar cómo el rubio se esforzaba buscando una universidad ideal y después estudiando, se sentía tan orgulloso y preocupado al mismo tiempo.
Más allá de que las palabras nunca esclarecían su situación, no era capaz de discernir sobre si el contrario se sentía como él, y probablemente no preguntaba por miedo a conocer la respuesta.
Aunque últimamente se había comenzado a sentir algo culpable, él tenía un pequeño secreto. Quizás no era algo mayúsculo, pero no era algo que podía admitir, al menos no fácilmente.
Conforme llegó su independencia, también lo hizo otra cosa, algo de lo cual nadie sabía. Craig quería decirlo, pero no estaba seguro de cómo ni cuándo ocurrió.
Algunas veces cuando iba a surtir las rutas, aprovechaba el estar lejos del rubio para responder los interminables mensajes de Kenneth, siempre preguntaban cómo estaba, si podía ayudarlo en algo, cómo iban sus avances.
Al principio responderle era como si quisiera compensar algo en él mismo, ya que en ocasiones veía rastros de tristeza en su compañero. Sabía que era por la pérdida de su exnovio y esto lo hacía sentir mal, ya que no quería ocupar ese lugar a la fuerza, y sin darse cuenta comenzó a llenar ese vacío que sentía con el rubio pecoso.
No eran amantes ni nada parecido, lo único que ocurría entre ellos era que cuando Craig hacía sus rutas y Kenny tenía un descanso, aprovechaban para verse a escondidas. Hablaban de todo un poco, ahora que sus heridas con respecto a su vieja relación ya no dolían, era incluso más abiertos. Sin darse cuenta, Kenneth era ahora uno de sus mejores amigos.
El moreno algunas veces sentía que quería contarle a Kenny la verdadera situación con respecto a su esposo, pero creía que si lo hacía, quizás el contrario buscaría algo más en él. Y definitivamente, eso no era algo con lo que estuviera preparado para lidiar.
Dejó de reunirse un par de semanas con él no por culpabilidad, sino porque la terapia era pesada y buscaba ayudar a Tweek a estudiar, aunque él ya era un desastre en temas escolares.
Cuando finalmente encontró tiempo para concretar un encuentro con Kenny, Craig no pudo evitar arreglarse mejor que otros días. Incluso utilizó colonia, detalle que no pasó desapercibido frente a su compañero.
-Qué bien hueles y te ves hoy- habló Tweek desde el marco de la puerta, observándolo con su pijama aún puesto.
-Gracias- respondió con un tenue sonrojo.
-¿Con quién te vas a reunir tan guapo?-
-Con nadie, solo que hoy me sentí animado a verme mejor- con esa mentira concluyó la conversación y se fue.
Hizo solo la mitad de la ruta y después cuando Kenny lo llamó para confirmar que ya estaba por llegar, condujo en dirección a la carretera de Denver. Se detuvo en un claro que le recordaba un poco a su lejano Perú, lleno de árboles con una cómoda sombra, ese era su lugar.
Después de unos minutos arribó el rubio pecoso, con unas bolsas al parecer llenas de comida rápida y una cobija.
Se instalaron rápido, con la cobija en el suelo. Siempre se reunían a comer porquería como si fueran unos adolescentes, en casa él y Tweek siempre preparaban comidas saludables, así que salir con su ex novio y ahora mejor amigo era un escape también a la comida chatarra.
Eran hamburguesas. Craig la vio y sonrió amargamente, era de la misma cadena que comió el día de su accidente. Esa sonrisa triste no pasó desapercibida por su compañero.
-¿Qué ocurre, ya no te gustan más? Las compré porque recordé que amabas esa cadena-
-La hamburguesa está bien Kenny, lo que ocurre es que el día de mi accidente fue lo último que comí-
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Amor accidentado
Fanfiction-Aquí estoy Craig, solo vine para decirte que no tienes que estar solo, yo cuidaré de ti el tiempo que sea necesario- fue la promesa que Tweek le hizo a su marido en aquella blanca habitación del hospital. Las pérdidas son difíciles de sobrellevar...