Amor accidentado

Capítulo 13

Con su nueva motivación impulsándolo, el rubio comenzó su búsqueda de una casa de estudio. En internet investigó sobre planes de estudio y duración de la carrera en distintas universidades. Después que tuvo 3 opciones, comenzó los trámites. Había elegido todas en Colorado, para no tener que estar lejos de su padre, o eso decía, ya que tampoco quería estar lejos de Craig.

Cada día estudiaba arduamente y con dedicación, el azabache se había ofrecido a ayudarlo, pero después de tantos años de graduado, ya no era capaz de despejar formulas. Terminaron pidiendo ayuda a sus amigos, el rubio se asombró cuando Stan, si, el mismísimo Stan, el hippie mugroso, lo ayudó con todo lo referente al cálculo; Al parecer ayudaba a su padre a llevar las cuentas de la granja desde muy pequeño y para él eso era pan comido. Token lo ayudaba con el idioma y Clyde... lo motivaba a relajarse y jugar videojuegos.

Trabajó muy duro, pero no importaba qué tan agotado se sintiera mentalmente, no descuidó ni por un segundo al moreno. Lo llevaba y acompañaba a todas y cada una de sus terapias sin excepción, hasta que éste pudo caminar de una manera más normal. Ahora solo utilizaba el bastón por seguridad.

Las mañanas eran totalmente suyas aunque solitarias, ya que Craig salía a trabajar todos los días. La vida era como al principio, solo que más amena, hacia el quehacer por las mañanas y el resto del día se esforzaba estudiando y modificando su ensayo, ya tenía una fecha para entregarlo y también para entrevistarse con la gente de la Universidad.

Todos los días eran apaciblemente rutinarios, solo en una ocasión le pareció notar un detalle ligeramente extraño: vio al moreno salir algo más arreglado e informal, así mismo lo vio llegar un poco más tarde de lo usual. Pensó en llamarlo pero no quería sonar como un acosador, ya era un adulto, pero por algún motivo le hacía sentirse inseguro.

Cuando el moreno llegó a casa, había algo extraño en su mirada, se veía determinado. No lo saludó, simplemente se paró frente a él.

-Hola ¿Cómo te fue?- Preguntó intentando sonar neutral, no quería que el contrario se diera cuenta de que se estaba poniendo nervioso por el hecho de que había salido, y tardó dos horas y veintidós minutos más de lo usual en llegar.

-Hola, me fue bien. Tweek, quería preguntarte algo-

-Dime-

-No sé si aún recuerdas aquella vez que me recriminaste por embriagarme- rascaba su nuca apenado -ese día te dije que cuando tuviera mi prótesis podríamos ir juntos a un bar o algo así... me preguntaba si te gustaría... ya sabes, salir conmigo un día que estés libre- lo último lo dijo más bajo, era sorprendente como un hombre con la apariencia y rostro de pocos amigos como Craig podía ser tan tímido como un chiquillo en algunas situaciones.

-Me encantaría salir contigo- El rubio no pudo contener su emoción.

-Perfecto, dime que día te sienta mejor y podemos salir-

-Hagámoslo hoy- no le importaba que pudiera sonar desesperado, a veces recordaba aquellas palabras del moreno y deseaba preguntarle él mismo si las cumpliría o si solo lo dijo para tranquilizarlo con respecto a su regaño. Pero ahí estaba, proponiéndoselo el mismo.

-Está bien, ¿te parece bien a las nueve?- sonreía cálidamente y Dios, cómo adoraba esa sonrisa.

-Si- revisó la hora en el reloj colgado en la pared, eran las 4:26 de la tarde, faltaban 4 horas y 34 minutos –Bueno, debo ir a mi cuarto, nos vemos más tarde- No esperó respuesta cuando ya estaba caminando rumbo a su habitación.

Esa propuesta le sorprendió pero no se negó. Una vez dentro de su habitación, revisó toda su ropa y eligió lo mejor que tenía, su pantalón negro más nuevo, una camisa a cuadros de color gris con azul cielo, la cual tenía detalles rosados en los puños y el cuello, así como unas botas timberland en color blanco. Después se bañó, se tallo todo 2 veces, se afeitó, aunque no tenía mucho que afeitar y se puso loción. Eran las 6 de la tarde cuando él ya se encontraba listo, aún faltaban 3 horas.