Epílogo

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Ya era de noche y me cansaba eso de tener que ordenar todas mis cosas en mi nueva habitación. Eran casi las once así que decidí irme a acostar en lo que ahora sería mi nueva cama.

No había hablado nada desde que llegué. Ni siquiera tenía ánimos para hacer cualquier cosa. Simplemente quería dormir, dormir y despertar hasta que ya fuera el momento de regresar a casa.

Me tumbé en la cama y me dispuse a dormir. En cuanto cerré los ojos escuché un sonido algo extraño. Cuando lo reconocí vi que era el de mi teléfono, lo tomé y tuve que entrecerrar los ojos porque la luz me encandiló. Finalmente, me acostumbré y leí lo que decía.

Mensaje de Carolina.

Me dirigí a la sección de mensajes y leí.

Ya he entregado lo que me pediste. Fue algo difícil pero nada más. Ya te extraño, va a ser muy diferente este lugar sin ti. Besos.

Sonreí. Aún había esperanza.

Rápidamente navegué por mi celular hasta encontrar la carpeta de Multimedia. La abrí y busqué los videos recientes. El último video había sido grabado hace una semana. Lo seleccioné y presioné el botón de “Play”.

—Hola otra vez,  princesa. Espero que tengas o que estés teniendo un muy buen día —Decía en el video. Era yo, en mi cuarto, diciendo unas simples palabras a Mariana. Con intención de que lo viera cada día que pasara y poder cumplir lo que mi madre me pidió—. Te preguntarás, ¿por qué te estoy hablando desde un video? Te voy a explicar. Mi madre es un completo amor y me hizo prometer algo, algo muy especial, que ahora debo cumplir, y no lo hago sólo por eso, lo hago por todo lo que siento hacia ti y que quiero recordártelo hoy y mañana y el día de pasado mañana. Tal vez todo esto que te esté diciendo ya te lo aprendiste y sólo lo ves porque no sé, te nació hacerlo. De cualquier manera, gracias. Y hoy sólo quiero recordarte lo especial que eres para mí y decirte lo mucho que te amo. Mariana, eres increí… —Pausé el video porque alguien más me había enviado un mensaje.

Mensaje de Mariana.     

Lo abrí sin pensarlo dos veces.

Hola, Santi, tu vídeo fue el mejor regalo que pude haber recibido, te juro que no me cansaré de verlo, tú también eres una persona muy especial, has hecho un parte aguas en mi vida, creo que nunca olvidaré el día que entraste en ella y te aseguró que no saldrás jamás. Gracias, te amo.

Pensé en responderle, pero mejor decidí no hacerlo, apagué el teléfono y me quedé dormido.

Las cosas salieron bien. Muy bien.

ENTRE LA NUBE Y LAS ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora