Capítulo XI

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No les importó las miradas curiosas al verlas bien vestidas ordenando el combo de hamburguesas. Se sonreían con complicidad de lo que había pasado hacía pocos minutos atrás, tenían sus móviles para evitar que las llamaran.

— ¿Salud? — Kara alzó su hamburguesa en forma de brindis. Lena soltó una pequeña risa levantando la suya.

— Salud — dijo la pelinegra chocando su hamburguesa entre risas.

— ¿Crees que se hayan enojado? — comenzó a morder su hamburguesa la rubia.

— Puede que al principio se hayan molestado bastante — sonrió con gracia mordiendo la suya.

— Lo agradecerán después, estoy segura — comenzaron a reírse.

Algunos las miraban pensando que son una enamorada pareja por las miradas que se daban entre ambas.

— ¿Te divertiste siendo cupido? — le preguntó a Lena empezando a comer sus papas fritas.

— Digamos que nunca había hecho eso, hasta que cierta rubia apareció en mi vida — bromeó señalándola con su papa haciéndola reír, pero se la robó — ¡Hey! Era mía — se quejó una ceja alzada. Kara encogió sus hombros con inocencia.

— Lo siento, tú tienes más que yo — Lena se comenzó a reír bajando un poco la mirada, sintiendo como la tristeza se volvía a instalar en su pecho — ¿Por qué te pusiste triste, Lena? — le preguntó colocando su mano encima de la suya.

— Estoy bien. Fue un pequeño recuerdo de esta fecha nada más — mintió mirando a la rubia. Kara no le creyó mucho, aún así asintió.

— Estaba pensando que tal vez podríamos visitar la feria. Escuché que sigue funcionando porque la nieve no es mucha — le dijo con ilusión y Lena asintió dándole gusto, no podía negarle nada — ¡Eres la mejor!

Terminaron de comer para dirigirse hacia la dichosa feria. Iban en un silencio cómodo, habían puesto el radio del auto, estaba sonando: Crazy for you de Madonna.

Lena frunció un poco su ceño escuchando con atención la letra. No era partidaria de ese tipo de encuentros sexuales, el que si los tenía sin remordimientos es su hermano mayor. La rubia no perdió detalle de los gestos que estaba haciendo su acompañante y comenzó a reírse.

— ¿Por qué te ríes? — le preguntó suavemente.

— No te gusta la canción de Madonna —  encogió sus hombros manteniendo una sonrisa divertida — Haciendo el amor con un desconocido. ¿Tú qué piensas de eso? —  le preguntó entre curiosa y divertida.

—  No, la verdad es que no soy partidaria de ese tipo de encuentro sexual. Prefiero entregarme a mi pareja en una relación estable. En cambio a mi sí le gusta ese tipo de sexo — la rubia le sonrió sintiendo satisfacción al escuchar su la respuesta. Sonrió aún más feliz al saber que habían llegado — Señorita Danvers, le informo que hemos llegado a nuestro destino — bromeó Lena fingiendo ser la chófer de Kara a la vez que sonreía. Kara esbozó una sonrisa aún más grande — Déjeme y le abro — salió de su auto cerrando la puerta del piloto. Le abrió la puerta tendiéndole su mano para que saliera — Servida, señorita Danvers — siguió bromeando. Kara le tomó su mano sintiendo algo diferente en el tacto, era una corriente eléctrica suave y a la vez cálida. Lena también la sintió, pero en ningún momento quitó su mirada.

— Es usted muy amable, señorita Luthor. Recuérdeme subirle el salario por su espléndido trabajo como chófer — le siguió el juego ganándole la risa contagiando a Lena.

Entre risas comenzaron a caminar hacia la entrada de la feria. En apariencia se habían organizado para dar un concierto dedicado al amor, se miraron con una sonrisa avergonzada. En cada paso que daban veían a las parejas abrazadas, o dándose pequeños besos.

Cuestión De Amor [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora