Capítulo XX

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La primera semana pasó lenta, para las CEO en especial para Lena. Se encontraba tan emocionada de que al fin Kara Danvers fuera su nueva novia, se preguntaba siempre qué había hecho ella en esta vida o quizá en una vida pasada para merecer ese amor tan puro que era recíproco. Aunque su vida ha estado en constantes subidas y bajadas como una montaña rusa, le agradecía a Dios porque todo parecía indicar que estaba solo de subida. Ya que, en pocos días estaba a punto de cerrar un importante negocio con una importante empresa tecnológica y farmacéutica de Irlanda. Además, después de tantas veces que su padre insistió en acercarse a ella accedió dándole una rigurosa oportunidad y él sabía que ante cualquier posible error o siembra de duda iba a perder a su hija para siempre.

Con Kara todo iba fluido, no perdía detalle de lo que su rubia hacía o dejaba de hacer en esa ciudad. Claro está que no la estaba acosando ni mucho menos, sino que era la misma CEO que se encargaba todos los días llamarla por video llamada para contarle las novedades. Hace poco también su mejor amiga le llevó una revista sensacionalista donde contaban la extravagante pedida de noviazgo suya ya no era un secreto a voces, ahora toda National City y posiblemente todo el país se enteró de su relación, ¿qué importa qué el mundo lo sepa?, pensó tirando a la basura ese día a la revista. No estaba costimbrada a aparecer en ese tipo de columnas, sin embargo, estaba familiarizada con otro tipo de columnas en las que, resaltaban la prepotencia de los Luthor. No obstante, el solo hecho que Danvers Magazine publicara una revista con ella de portada hablando maravillas suyas la desprendieron por completo de aquellas columnas "informativas".

¿Cómo no iba a terminar enamorada de esos detalles?, su historia de amor ameritaba estar en un libro. Al menos, eso pensaba Lena Luthor cada vez que miraba la foto de ambas que yace sobre su escritorio, a la vez que mordía su labio inferior acariciando suavemente el dije en su Pandora, esperando el momento justo para salir a vacaciones y llevársela a Europa como toda una princesa se merece, princesas porque lo son las dos y lo merecen. A decir verdad, a veces se aburría por la falta de su "sol" en su vida, extrañaba sus besos, abrazos, hacerle el amor con toda la ternura del mundo.

— Tierra llamando a Lena — fingió una voz intergaláctica Sam pasando una mano frente a ella para traerla al mundo real, cuando ingresó hacía unos instantes a la oficina sin ser percibida. Lena pestañeó varias veces enfocando a la morena que estaba frente a ella con una enorme sonrisa burlona — Hasta que aterrizas, Lena — bromeó sentándose frente a ella como lo ha sido siempre. La pelinegra negó riéndose un poco de ella misma, la sorprendió claramente vagando en sus pensamientos.

— Lo siento, Sam. ¿Venías a decirme algo? — le dijo dulcemente y relaja. Sam le sonrió ampliamente, le encantaba estaba versión serena de Lena.

— Mhmm no precisamente de negociosos. Quería saber si quieres ir al cine con nosotras, sabemos lo aburrida que estás sin mi cuñada — le guiñó el ojo dándole a entender el doble sentido de sus palabras. Las mejillas de la ojiverde se comenzaron a teñir de un leve rosa captando al instante el trasfondo del mensaje. Sam se comenzó a reír despacio — ¿Qué dices, vienes? Tal como los viejos tiempos — esta vez se refería a cuando estaban solteras. Lena sonrió con nostalgia, era cierto, salían mucho al cine en el Centro Comercial de National City.

— No podría decir que no, sabes cuánto me gusta ir al cine con ustedes. Ahora con Alex, es más divertido — comenzaron a reírse recordando mutuamente el primer fin de semana sin Kara.

Recuerdo

Estaba aburrida en su penthouse, eran pasada las 5:00 P. M. Lena quiso seguir leyendo uno de sus libros favoritos, sin embargo, no podía concentrarse pensando en su ahora novia. Solo habían pasado setenta y dos horas desde que se había ido, y eso que, ni empezaba la semana. Su mente hizo un leve click recordando que se estrenó una película de terror, mordió su labio inferior y tomó su móvil para marcarle a la familia Arias. No tomó mucho tiempo para que la mayor de las Arias atendiera su llamada y las invitó ella al cine a las tres mujeres, para que vieras esa película que según la IMDb era de expectativa alta.

Cuestión De Amor [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora