Capítulo XIX

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Los rayos intensos del sol se comenzaron a colar a través de la ventana, todo apuntaba a que iba a ser un día caloroso. Eran las 10:00 A. M de un día miércoles y estos pequeños rayos pero potentes lograron comenzar a despertar poco a poco a las dos bellas señoritas que se encontraban abrazadas entre ellas después de una larga noche juntas. Porque sí, estuvieron a punto de ser descubiertas a punto de hacer el amor en la oficina de la rubia Danvers, gracias a Dios que no fue así; pero tuvieron que vestirse a como pudieron con sus rostros sonrojados salieron de Danvers Magazine, por eso decidieron en silencio, culminar su necesitada y amorosa reconciliación en otro lugar donde se hallara la privacidad completa. Se dejaron guiar por sus instintos al departamento de Kara que estaba relativamente más cerca que el penthouse de Lena. De igual forma, el lugar era lo de menos, excluyendo la oficina claro está, no hubieron palabras solo besos y derroche de pasión, amor y pizcas de locura por tantas sensaciones juntas.

Así pasaron la noche anterior, ignorando todo su entorno, tampoco les importaba faltar al día siguiente a sus trabajos, esa era la "pequeña" ventaja de ser las CEO de sus respectivas empresas. La primera en abrir sus ojos fue la señorita Luthor, que había conciliado todo el sueño que había estado perdiendo en esas últimas semanas, Kara es mi refugio, pensó observando detenidamente cada parte de su rostro que se encontraba un poco sudado por el calor que empezaba a hacer y comenzó a sentir un sabor agridulce en sus labios por aquellas lágrimas que caían de forma discreta de sus ojos sin haberse dado cuenta de que estaba llorando de tristeza, pero a la vez de alegría. Se limpió con cuidado sus mejillas y siguió mirando a su rubia, esta fruncia su ceño ya que sentía aún más el calor, tanto así que ya no podía dormir más, sin embargo, se estaba rehusando a abrir los ojos. Ambas no se habían percatado de la hora que era, realmente, eso les pasaba de largo, solo querían estar la una con la otra. Una pequeña sonrisa de ternura se formaba en los labios de la pelinegra, después de que las lágrimas desaparecieron, sentía que su mundo estaba girando en la dirección correcta nuevamente, solo estando en los brazos de la persona correcta.

— Amor, abre los ojos — le dijo divertida, pero en susurro, Lena escuchando los pequeños gruñidos de Kara que tapaba su rostro con la sábana, porque intentaba seguir durmiendo — ¿No quieres despertar? — le preguntó bromeando mordiendo su labio inferior metiéndose debajo de la misma para atacarla con cosquillas, fue algo al azar porque no sabía si tenía o no. La rubia al sentir la suavidad de los dedos de su amada en las costillas supo que estaba en peligro y comenzó a removerse tratando de impedir ese ataque.

— ¡No, no, no, amor! — soltó un pequeño grillito y comenzó a reírse escandalosamente apartando la sábana de su rostro, todos los músculos de su cuello se encontraban marcados, especialmente el esternocleidomastoideo y omohioideo, por la potente risa que salía de todo su diafragma. Lena no tenía piedad, sin embargo, tampoco podía aguantar su propia risa, amaba escucharla reír, la llenaba de vida porque se sentía completamente cómplice de esa felicidad que desprendía como el propio sol al tocar delicadamente el mar.

— Dame un beso y te dejo de hacer cosquillas — le dijo dulcemente tomando el rostro rojo de la rubia con una mano y la otra seguía al ataque con las cosquillas. Sin embargo, eso no le impidió acercarse a sus labios rosados y adictivos.

— Tra...mposa, am...or — hablaba entre jadeos soltando pequeñas carcajadas tratando de reencontrarse con una respiración tranquila. La pelinegra comenzó a reír suavemente por verla así tan quejumbrosa y dejó de hacerle, ahora solo sostenía con amor su cintura dándole pequeñas caricias.

— Eres tan tierna — le dijo casi en un susurro envuelto de amor, ayudándole a limpiar las lágrimas que corrían por la risa. Kara se inclinó con una pequeña sonrisa adormilada, quedando a escasos centímetros rozó su nariz con la de ella para subir un poco más sus labios y depositar un pequeño beso en ella.

Cuestión De Amor [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora