XI

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Si quieres besar al chico

Será mejor que beses al chico ahora mismo

No tienes que tener miedo

De las palabras que  quieres decir ahora mismo

Porque el amor es un juego que merecemos jugar en voz alta

Dong Ju sabía que aunque el ambiente parecía pacífico algo había cambiado en las últimas semanas, y tenía un mal presentimiento

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Dong Ju sabía que aunque el ambiente parecía pacífico algo había cambiado en las últimas semanas, y tenía un mal presentimiento.

Hizo un recuento mental de los miembros de su familia y sus actividades; Ha Rin continuaba trabajando y estudiando arduamente, lo que no le dejaba mucho tiempo para compartir con él. Su padre y madrastra trabajaban, y el tiempo libre lo usaban para intentar acercarse a sus hijos y fracasar, lo normal, excepto porque incluso Sun Mi estaba fallando en mantenerse cercana a Ki Wook, pues el joven parecía esquivarla constantemente y pasaba todo el día con el rubio. Dong Myeong ensayaba por horas en su estudio en compañía de Ki Wook, ambos pasaban mucho tiempo juntos, pero eso era usual, lo inusual era lo calmado que había estado su hermano en los últimos días, sin peleas a pesar de que Chanyeol lo persiguiera todo el día, sin escapadas, solo iba a la escuela, ensayaba en su estudio de baile y estudiaba con Ki Wook, no era el estilo de Dong Myeong permanecer alejado de los problemas, por lo que temió que estuviera ocultando una gran fechoría.

Y él...

Una mano revolviendo su cabello lo distrajo de sus pensamientos, Geon Hak, acostado en su cama, usando una camiseta ligera y pantalones deportivos le sonreía.

— Tierra llamando a Dong Junie.

El castaño le empujó la mano con un bufido.

— ¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de tocarme?

— ¿Por qué?

— Límites Kim Geon Hak, necesitas conocer tus límites.

— Es gracioso que digas eso sabiendo que estoy en tu habitación, recostado en tu cama y comiendo la comida que preparas especialmente para mí.

— ¿Eres idiota? Preparo esa comida para mi familia, solo te doy lo que ellos no comieron.

— Bien, entonces es casualidad que evites el uso de rábano, justo el vegetal que te dije que odiaba.

— Yo también los odio.

— ¿Por qué te es tan difícil admitir que eres amable conmigo?

— No lo soy.

— Nadie aquí es tan amable conmigo como tú —replicó el mayor.

— Fuera de aquí —Se puso de pie y señaló la puerta.

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