XIX

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Cuando hay deseo va a haber una llama 

Cuando hay una llama alguien  está destinado a salir quemado 

Pero sólo porque quema no significa que vayas a morir 

Tienes que levantarte e intentarlo



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El viaje en auto comenzó de forma extraña, varios de los presentes no se conocían o habían interactuado entre sí antes, lo que formó un silencio incómodo, posteriormente algunas charlas educadas para romperlo y en un esfuerzo conjunto poco a poco el ambiente se volvió animado.

Yong Hoon condujo mientras a su lado Hyun Gu se apoderó del reproductor, ignorando todas las sugerencias musicales del mayor y haciendo que este por primera vez mostrara un rostro enfurruñado frente a sus jefes, pero claro, Dong Ju y Dong Myeong no se dieron por enterados.

El primero estaba sentado junto a Geon Hak compartiendo bocadillos y recibiendo burlas de Seo Ho por "ser tan coqueto", y el segundo estaba dormido con la cabeza apoyada en el hombro de Chanyeol, lo que causó malestar en Ki Wook que apenas pudo seguir el ritmo de la conversación sobre animes favoritos entre Mina y Young Jo.

Hwan Woong trataba con desconfianza y se negaba a socializar con Chanyeol hasta que este, en un intento de iniciar conversación, mencionó cierta serie que había estado viendo en la última semana, la misma de la que Hwan Woong resultó ser fan, lo que los llevó a una apasionada discusión sobre los personajes.

El paisaje en las ventanas pasó del gris citadino al verde que se extendía en todas las direcciones, casi cubriendo el azul del cielo veraniego. Dong Ju respiró profundo el aroma a naturaleza, que por sí solo no era nuevo para él, el terreno de su casa abarcaba parte de un bosque, pero era el disfrutar de aquel aroma tan lejos de las delimitaciones de su hogar que lo hacía especialmente refrescante.

Dong Myeong estaba más habituado al olor salado del mar y el sonido de las olas, pero despertar con el viento perfumado por las flores y hojas de los árboles le había resultado encantador. Cuando el pavimento desapareció y todo lo que quedaba era un ancho camino de tierra que estaba a punto de ser engullido por el bosque; las charlas cesaron, los adolescentes miraron por las ventanas con los ojos brillantes, estaban solos y libres como nunca antes, solo podían tener buenas expectativas de aquel viaje.

Unos kilómetros más adelante el auto se detuvo frente a una cerca de alambre de púas.

— Desde aquí hay que caminar —declaró Yong Hoon.

— Yo paso —respondió Hyun Gu subiendo los pies en el tablero.

— ¿Dónde se supone que vamos a acampar? —preguntó Young Jo— ¿Y el lago?

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