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No puedes darme mucho más

pero lo sientes por eso


El menor le sonrió mirándolo desde el otro lado de la cámara

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El menor le sonrió mirándolo desde el otro lado de la cámara.

— ¿Qué tal la iluminación? —preguntó, alargando su sesión de estiramientos intencionalmente.

— Perfecta —respondió el otro levantando un pulgar.

— ¿Y el encuadre? ¿Estoy centrado en la toma?

— Más que bien.

— ¿Mi outfit está prolijo?

— Myeongie si no empiezas a bailar ya te dejo solo.

— Prometiste ayudarme.

— Está bien, está bien, solo baila —replicó impaciente el menor.

Dong Myeong estaba acostumbrado a la atención, pero hasta el momento bailar era algo privado en cierta medida, podía grabarse en vídeo y ser visto por miles de espectadores sin pudor alguno, pero la única que lo había visto hacerlo en persona era su mamá, hasta ese momento, cuando empezó a realizar su coreografía con Ki Wook sirviéndole como camarógrafo.

Ki Wook, sí, seguía sin ser un bronceado surfista de Malibú o una DJ de Nueva York, en definitiva no era del tipo de personas que solía frecuentar, pero era divertido pasar tiempo con él, un tipo de diversión diferente a la usual, más bien un disfrute tranquilo y discreto, el peliazul es alguien con quien se puede charlar, ver reality shows estúpidos y jugar videojuegos (algo que habia tenido que aprender a hacer y en lo que era muy malo) todo siempre velado por una comodidad fresca, Ki Wook era extraño, pero atrayente.

Había decidido cambiar su sitio de grabación adueñándose del cuarto del piano, al fin y al cabo nadie lo estaba ocupando, su padre quiso poner resistencia, pero Sun Mi dijo algunas palabras a favor del proyecto mencionandolo como un "Hobbie sano en el que Dong Myeong puede gastar energía" y "Una forma de que sus hijos se relacionen" al rubio poco le importaba los motivos que lo hubieran convencido, más le interesaba apresurarse en adecuarla como una verdadera sala de ensayo, con espejos cubriendo las paredes, nuevas cortinas y luces de neón, para lo cuál ya había destinado el dinero de la "tarjeta para emergencias" que Jang Hyun le había dado.

La música se detuvo, ambos chicos se sentaron en el suelo mirando el vídeo en la laptop.

— Pásamelo, yo lo edito —dijo el menor extendiéndole una memoria USB.

— Sé editar mis propios vídeos, gracias —se negó, no quería tener que darle mucho crédito cuando alcanzara la fama.

— Pero tengo un nuevo programa de edición que tú no —Puso la USB a la fuerza en su mano.

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